Las peores películas del 2018

Este año se estrenaron tantas películas malas que no se sabe por dónde empezar. Los estudios continúan buscando el dinero fácil a través de productos probados y sin riesgo que buscan entretener a un público que no quiere pensar y que acude a las salas de cine para todo menos para ver una película (chatear, dormir, hacer la digestión, hablar con sus acompañantes y avisar en las redes sociales que están viendo la película del momento para no quedar por fuera de las conversación). Tranquilamente se podría hacer una lista de las peores veinte películas del año, pero en realidad no vale la pena. De todas maneras se mencionan las esperpénticas Bleeding Steel, I Can Only Imagine, An Interview With God, The Nun, The Cloverfield Paradox, Rampage, Mamma Mia! Here We Go Again, Blind, Jurassic World: Fallen Kingdom, Hotel Transylvania 3: Summer Vacation, Ralph Wrecks The Internet, The Nutcracker And The Four Realms, A Wrinkle In Time, Liliane Susewind: Ein Tieriches Abenteuer, Pickpockets, Slenderman, Solo: A Star Wars Story, The Darkest Minds, The Extraordinary Life Of The Fakir, Life Itself y Zama.

Aquí están las diez peores:

10. LA MUSICA DEL SILENZIO (La música del silencio) (2018)


A lo largo de su carrera, Michael Radford ha obtenido una buena reputación gracias a sus películas 1984, Il Postino y The Merchant Of Venice. Pero ahora toda su credibilidad como buen director se viene abajo con un mega-desastre titulado La Musica Del Silenzio.

¿Cuál es la razón por la cual una película biográfica sobre Bocelli y que cuenta con la colaboración del artista recurre a un seudónimo? ¿Por qué una película ambientada en Italia y dirigida por alguien que maneja el idioma, se rueda con un inglés terrible? La verdad, no importa. Esta es una cinta increíblemente mala.

9. WINCHESTER (La maldición de la casa Winchester) (2018)

Los hermanos Spierig, originarios de Alemania y criados en Australia, alguna vez mostraron un ápice de talento con las interesantes deconstrucciones del género vampírico y el de la ciencia ficción llamadas Daybreakers Predestination. Pero en años recientes se han dedicado a presentar unas pésimas cintas de terror tituladas Jigsaw (una de las peores entregas de la cansada saga de Saw) y Winchester, un torpe intento que busca aprovecharse del éxito de The Conjuring.

Es un misterio que actores del talante de Helen Mirren y Jason Clarke hayan aceptado protagonizar esta aburrida cinta efectista llena de lugares comunes del género. El subtexto acerca de los peligros de las armas de fuego queda sepultado por una dirección inepta y una historia desperdiciada.

8. FANTASTIC BEASTS: THE CRIMES OF GRINDELWALD (Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald) (2018)

La nueva entrega de Animales fantásticos, la saga que describe los eventos ocurridos antes de que Harry Potter fuera educado en Hogwarts y se enfrentara a Voldemort, fue escrita por J.K. Rowling (la autora original de los libros del popular universo de hechiceros), es dirigida por David Yates (autor de cuatro películas de Harry Potter y de la primera parte de Animales fantásticos) y cuenta con un elenco conformado por actores de la talla de Eddie Redmayne, Johnny Depp, Jude Law y Ezra Miller. Todo apuntaba a un nuevo triunfo para una serie mágica y fascinante. Pero el resultado es toda una desagradable sorpresa: Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald, es un trabajo vacío, aburrido y decepcionante.

Es casi imposible poder mantenerse despierto durante las dos horas y catorce minutos de esta película que carece de la elegancia y la humanidad que Alfonso Cuarón le brindó a Harry Potter y el prisionero de Azkaban, y que el mismo Yates supo mantener, inclusive hasta el inicio de la serie Animales fantásticos. Si hay una evidencia de cómo la necesidad por obtener un éxito de taquilla por parte de los estudios acaba con el mérito artístico de una película, este es uno de los mejores ejemplos.

7. ROBIN HOOD

La nueva versión de Robin Hood es un completo desastre. Primero que todo, la historia es predecible a más no poder, a pesar de que se busca incluir un “vuelco sorpresivo” que involucra a uno de los grandes amigos del arquero (Jamie Dornan en una actuación peor que las de Cincuenta sombras de Grey). La fusión del mentor musulmán con el Pequeño John (Jamie Foxx) no aporta nada a la historia y este se convierte en una copia burda del personaje de Azeem, que sirvió de una manera efectiva como maestro y compañero del Robin Hood de Kevin Costner. Evitar el contexto histórico real (Ricardo Corazón de León se va a las Cruzadas y el malvado John queda a cargo del trono), es un gravísimo error que le resta justificación a las acciones de los personajes. Pero lo que no se perdona es esa ambientación anacrónica que no llega a ser radical como se hizo con Corazón de caballero (esa cinta protagonizada por Heath Ledger basada en Los cuentos de Canterbury pero que incluía música de Queen y David Bowie), sino más bien absurda.

¿Este es el Robin Hood de una realidad alternativa? ¿Es un Robin Hood que roba en el futuro y se lleva su botín al pasado? No. Este es un Robin Hood millennial y metrosexual que busca ser “moderno” e “irreverente”, pero que termina siendo incoherente, irrelevante e idiota.

Si ustedes creían que Guy Ritchie había matado al personaje del Rey Arturo, esperen a ver lo que Bathurst hizo con Robin Hood.  Es peor que lo que le hicieron los curas al Sheriff de Nottingham cuando era niño.

6. THE MEG (Megalodón) (2018)

Esta película, acerca de un tiburón prehistórico que es liberado por accidente por un grupo de investigadores submarinos, es una cinta tediosa y vacía que apela a un público con déficit de atención y un desarrollo cognitivo pobre.

El actor Jason Statham demostró su talento y carisma en las películas de Guy Ritchie como Lock, Stock and Two Smoking Barrels, Cerdos y diamantes Revolver, pero también ha sido el protagonista de productos de dudosa calidad como las sagas de El transportador, Alto voltaje Los indestructibles. Megalodon pertenece al segundo grupo.

Si usted esperaba algún tipo de mensaje ecológico, lo único que plantea esta cinta es que a los tiburones hay que tirarles bombas, rociarlos con balas, clavarles un arpón en el ojo y abrirlos en dos antes de que nos muerdan. Todo en nombre de la “ciencia”.

5. WOODY WOODPECKER (El pájaro loco) (2018)

A comienzos del 2010, los estudios Illumination (hogar de los Minions), planearon una película animada de El pájaro loco, pero el proyecto fue cancelado de manera repentina. Años más tarde se retoma el proyecto sin la intervención de Illumination, y el resultado es un desastre total que puede que haya acabado definitiva e irremediablemente con el personaje.

Para los adultos que crecieron con el personaje, esta película destruye a uno de los personajes más entrañables de la infancia, en favor de un mercado cínico y sin corazón que explota de una manera irrespetuosa la nostalgia y los venerables personajes infantiles del ayer.

4. PACIFIC RIM UPRISING (Titanes del pacífico: La insurrección) (2018)

Pacific Rim fue una excelente película de ciencia ficción que le rendía tributo a los géneros japoneses Mecha (robots gigantes tipo Mazinger-Z) y Kaiju (monstruos gigantes tipo Godzilla).  

Su director, Guillermo Del Toro, sabía lo que estaba haciendo, y el resultado fue una película solemne, tremendamente divertida y emocionante, con personajes bien construidos y con unas escenas de acción impresionantes, dejando a la horripilante saga de Transformers en desgracia.

Ahora llega Pacific Rim Uprising, una secuela que se estrena 5 años después de la cinta original y que coloca al director Steven S. DeKnight en reemplazo de Del Toro. ¡Qué mala jugada!

DeKnight opta por alejarse de la visión de Del Toro y acercarse a la de Michael Bay. Como consecuencia, en esta segunda parte encontramos personajes superficiales y estereotipados, diálogos insulsos, chistes flojos, actores desperdiciados y un derroche excesivo de efectos visuales que terminan por abrumar y generar jaquecas en el espectador. ¡Otra mala jugada!

3. OVERBOARD (Amor a la deriva) (2018)

Más de treinta años después de ser estrenada la comedia romántica protagonizada por Kurt Russell y Goldie Hawn, llega a la cartelera el remake de Overboard.  Rob Greenberg (escritor de la horripilante cinta de Eddie Murphy Meet Dave), debuta como director y nos muestra su enorme falta de preparación para esta tarea. Su película es torpe, poco graciosa, predecible y manipuladora.

Se nota a leguas que esta cinta se realizó para un público latino criado con la calidad cuestionable de las telenovelas actuales y que solo acude al Multiplex para buscar entretenimiento barato y descerebrado.

Este público latino se ofende cuando se ve estereotipado en la pantalla grande y pequeña, pero curiosamente se divierte y acepta productos como Overboard, el cual insulta a la inteligencia, aburre de principio a fin, no tiene ningún valor cinematográfico redimible y convierte a Derbez en una mala imitación de Rob Schneider, lo cual ya es mucho decir.

2. BOOK CLUB (Cuando ellas quieren) (2018)

Piense en Book Club como una versión senil de Sex And The City, menos la gracia, el picante y el sentido de lo femenino de la serie de HBO. En esta cinta todo tiene un doble sentido vulgar y de mal gusto, los momentos son más aburridos que graciosos y/o románticos y la trama es predecible a más o poder. Pero lo peor de todo, radica en ver a estas grandes actrices inmersas en una cinta que glorifica una visión retrógrada de la mujer.

En esta cinta, el cuarteto que conforma al “club de lectura”, solo podrá ser feliz si cada una de sus integrantes encuentra al hombre ideal. Eso sin contar que consideran “sexy” a un libro decididamente machista (tres libros, para ser exactos) que cuenta la historia de un hombre que goza sometiendo a una mujer, bajo el disfraz de novela de amor y erotismo.

El director Bill Holderman (esta es su ópera prima) no se ha dado cuenta de que ya estamos en el siglo XXI y que semejante propuesta de película traspasa los límites de lo ofensivo. Pero lo más sorprendente aún, es que Fonda, Keaton, Bergen y Steenburgen, todos unos modelos de la mujer fuerte, empoderada e independiente, interpreten a unas viejas pedosas, histéricas y con un pésimo gusto literario.

1. FIFTY SHADES FREED (Cincuenta sombras liberadas) (2018)

La peor película del 2015 fue Fifty Shades of Grey. La peor película del 2017 fue su secuela Fifty Shades Darker. Y ahora, la última parte de la trilogía es la peor película del 2018.

Piense en esta cinta como una mala película porno o un infomercial poco efectivo que promociona ayudas sexuales. La trama de suspenso de pacotilla que involucra una venganza absurda y mal justificada, está adornada con un product placement de BMW, una banda sonora de mierda, diálogos imbéciles, actuaciones que dan pena ajena, muchas situaciones sin resolver y unas secuencias sexuales impostadas a la fuerza, gratuitas y para nada sensuales.

Las pocas risas que genera esta cinta no son intencionales (y deberían serlo). Además, la historia se agota tan rápido que se debe recurrir a un mosaico de recuerdos de las dos primeras partes para cubrir la falta de imágenes y de imaginación. Pero lo peor de todo, es esa ideología enferma y machista que plaga tanto a los exitosos libros de E.L. James como a sus películas. Es todo un enigma que en esta época del “Me Too”, la audiencia femenina acuda de manera masiva a las salas de cine y considere erótico y excitante que un cretino con dinero y con celos patológicos busque someter a una mujer con actitud de Blanca Nieves.

Llamar basura a esta trilogía es un halago. Los créditos finales, los cuales incluyen imágenes de la pareja conformada por Anastasia y el Sr. Grey sentados en un prado viendo correr a su hijo pequeño (me limpio el culo con los Spoilers de este producto),  inducen al vómito pero, al mismo tiempo, llenan el corazón de felicidad. Al principio el espectador puede pensar que los síntomas son producto de un embarazo, pero no es así. La felicidad combinada con la nausea es porque esta saga por fin ha terminado.

Sobre André Didyme-Dôme 1646 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.