Los hermanos Erwin, realizadores especializados en películas basadas en la vida de cantantes de música Cristiana, ahora llevan a la pantalla grande los triunfos y las tragedias de Jeremy Camp. No espere un milagro.
Directores: Andrew Erwin, Jon Erwin
K.J. Apa, Britt Robertson, Gary Sinise, Shania Twain, Abigail Cowen
Al parecer, todas las películas de fe están condenadas. Mientras no se sobrepongan a sus vicios (personajes demasiado perfectos, la oración como la solución a todos los problemas, ausencia de la comunidad LGBTI, tendencia al melodrama edulcorado, una molesta luz blanca en casi todas las tomas), estas cintas (generalmente producidas por realizadores cristianos para una audiencia cristiana), bien podrían entrar en la denominación de “no cine” que el director Martin Scorsese utilizó para referirse a las películas de superhéroes. Ahora bien, si las películas de fe no son cine, ¿qué son entonces? La respuesta sería intentos de evangelización disfrazados como entretenimiento.
No hay que confundir a las películas de fe con las películas religiosas: cintas como La pasión de Cristo, Los últimos días en el desierto, María Magdalena o Silencio (dirigida por el mismo Scorsese), abordan el tema de la fe y la religiosidad, pero al no poseer los vicios anteriormente nombrados, generalmente suelen ser definidas por los realizadores cristianos como “películas interdenominacionales” (léase “buenas películas”).
El éxito de la cinta Fireproof (la película independiente más taquillera del 2008), demostró el potencial comercial de las películas de fe. Luego llegaron los éxitos como Maná caído del cielo: Dios no está muerto, El hijo de Dios, Cuarto de guerra, Milagros del cielo, El cielo es real, La cabaña, la cinta animada La estrella de Belén y Un amor inquebrantable, son algunos ejemplos de cómo, con un pequeño presupuesto, se puede obrar un milagro. Asimismo, este tipo de trabajos ha tentado a actores como Greg Kinnear, Thomas Haden Church, Topher Grace, Sam Worthington, Octavia Spencer, Jennifer Garner y Eugenio Derbez, entre otros, a ser partícipes de la divulgación de la palabra de Dios.
Ahora, siguiendo la línea trazada por la cinta Si solo pudiera imaginar, acerca de la vida del cantante Bart Millard (líder de la banda MercyMe), los hermanos Andrew y Jon Erwin, vuelven a aproximarse al mundo de la música cristiana, esta vez con un biopic centrado en el intérprete Jeremy Camp.
Camp sufrió una tragedia personal, la cual tuvo que ver con su esposa, Melissa Lynn Henning, quien falleció de cáncer en los ovarios meses después de haber contraído matrimonio. La película de los hermanos Erwin, más que centrarse en la evolución musical de un artista, se centra en el romance entre Jeremy y Melissa, apuntando a un melodrama que busca hacer llorar de una manera desenfrenada a aquellos con un corazón virginal, libre de cinismo.
Ayuda muchísimo que K.J. Apa (el apuesto protagonista de la serie Riverdale) y Britt Robertson (la encantadora chica de las cintas Tomorrowland y The Space Between Us), interpreten a Jeremy y a Melissa. Su carisma es indiscutible y su química logra que por un momento lleguemos a pensar que este es un amor sincero, humano y real. También ayuda que un actor de la talla de Gary Sinise encarne al padre de Jeremy. Pero como esta es una película de fe, no pasa mucho tiempo para que los pecados anteriormente nombrados invadan la cinta como si fueran las diez plagas de Egipto.
Por un breve instante, todo parecía indicar que Mientras estés conmigo iba a ser la película cristiana que iba a marcar una diferencia. Pero luego, todo se fue al demonio.
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