Una colección de situaciones disparatadas, una serie de personajes pantagruélicos y patéticos, y una mirada nostálgica y juguetona, son los ingredientes de esta obra maestra del gran director italiano.
Director: Federico Fellini
Puppela Maggio, Magali Noël, Armando Brancia, Ciccio Ingrassia
A Fellini no le gustaba que dijeran que sus películas eran autobiográficas. Le parecía una definición reduccionista, que dejaba a sus obras en una dimensión puramente anecdótica.
De todas maneras, Amarcord (que significa en el dialecto de Rimini «recuerdo»), está basada en La Mia Rimimi, una colección de memorias del director italiano sobre la ciudad costera donde nació y en donde se encuentran muchos de los personajes extravagantes, pantagruélicos, patéticos y carismáticos que aparecen en la película.
Así como esta obra maestra de Fellini es (así no quiera aceptarlo) anecdótica y autobiográfica, el director también advirtió que la palabra que le da título tampoco significa realmente «recuerdo». Para él, es también la marca de un aperitivo. Originalmente iba a llamarse «¡Viva Italia!» y luego «Il Borgio», haciendo referencia a un recinto medieval, pero al final terminó eligiendo esa palabra enigmática y seductora.
Esta sería la tercera de una trilogía acerca de las reminiscencias y la idiosincrasia del país que vio crecer a Fellini (Los payasos y Roma serían las otras dos). Su deuda con el neorrealismo y la comedia dialéctica se hace evidente con ese elenco conformado, casi en su totalidad, por actores naturales (a excepción de Magali Noël, quien interpreta a la voluptuosa Gradisca).
Asimismo, esta cinta plena en nostalgia y jugueteo, conecta con Los inútiles (el pequeño pueblo donde se desarrolla, es prácticamente el mismo en las dos películas) y con Y la nave va (donde Fellini retomaría esa escena del trasatlántico plena de realismo mágico).
Como si se tratara de una tira cómica (medio por el cual Fellini sentía un gran aprecio), Amarcord es una colección de situaciones disparatadas que son guiadas por un historiador que sirve como maestro de ceremonias y que le habla directamente al público, y por un chico que se debate entre las travesuras de la niñez y el despertar sexual producto de la pubertad.
La imagen de una cabeza gigante de Mussolini que casa a dos chicos, el fonógrafo derribado a tiros de un campanario, el pavo real que se posa y extiende sus alas en la fuente del pueblo mientras cae una nevada, la mujer amazónica que vende cigarrillos y que le que le ordena succionar su seno al pícaro adolescente, son algunas de las imágenes de absoluta belleza que hacen parte de una cinta mágica, hedonista e intoxicada por el elíxir de la vida.
Dejar una contestacion