Director: Agnès Varda
Visages Villages es quizás uno de los mejores documentales en la historia del cine. Conmovedor, original, gracioso, tierno, humano, profundo, inteligente. Estos adjetivos se quedan cortos ante la maravillosa colaboración entre la leyenda de «Nouvelle Vague» Agnès Varda (la directora de Cléo de 5 à 7 con 89 años de edad) y el fotógrafo JR (de 34 años de edad).
La premisa es, en apariencia, simple: los dos artistas visuales unen sus fuerzas para recorrer la parte rural de Francia, tomar fotos de personas, ampliarlas, pegarlas en muros de casas, granjas, fábricas y demás estructuras, y registrar el impacto de las personas fotografiadas (o del observador casual) al ver las fotos. De ahí el título Rostros y Lugares.
Varda está casi ciega y JR nunca se quita sus gafas oscuras, ni siquiera para tomar las fotos. Sin embargo, los dos evidencian una inmensa sensibilidad visual. Varda es una gran humanista y feminista, amante de los gatos y de las cabras, que ama su trabajo, que reconoce lo efímero de la existencia y que recuerda con cariño su época en la Nueva Ola Francesa, que sueña con los amigos que ya no están y quien admira el genio de su colega Jean-Luc Godard, pese a que actualmente este se comporta como una rata.
JR es un joven juguetón obsesionado con el contraste de los rostros y las figuras humanas en las texturas irregulares producidas por el hombre mismo y que es consciente del valor de las personas mayores que él. Este encuentro generacional rompe con cualquier brecha y desborda mucho humor y afecto.
Esta es una película que nos devuelve la esperanza de vivir y que nos muestra cuál es, en últimas, la esencia del arte: comunicar, maravillar, emocionar. Asimismo, le devuelve al arte su sentido lúdico e infantil, despojándolo de esa atmósfera tóxica de pretenciosidad y solemnidad a la que estamos acostumbrados.
Si la película The Square anunciaba con cinismo el fin del arte, Visages Villages evidencia de una forma transparente, su inminente resurrección.
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