La película del bogotano Vladimir Durán nos recuerda una época ya olvidada, en la que las salas de cine no estaban insertas en los centros comerciales y los espectadores veían obras de teatro experimental.
Dirección: Vladimir Durán
Camilo Castiglione, Laila Maltz, Mariel Fernández, Martina Juncadella
Que la mayoría de las salas de cine se encuentren en el interior de los centros comerciales, ha tenido sus implicaciones para el llamado «séptimo arte». Una de ellas es la aversión masiva por las películas experimentales: aquellas cintas que buscan desconectarse parcial o totalmente de la narrativa tradicional y que prefieren arriesgarse con nuevas ideas y conceptos, más que explotar lo ya probado.
Quizás por esta razón, la mayoría del público masivo actual no le dará oportunidad a Adiós Entusiasmo, la película del bogotano Vladimir Durán, realizada en coproducción con Argentina. En esta cinta se nos muestra, de un modo opresivo y claustrofóbico cómo Antonia, Alejandra, Alice y Axel se relacionan con su madre Margarita, la cual permanece encerrada en su cuarto. A Margarita nunca se le verá, tan solo se escuchará su voz (como la madre de Howard Wolowitz, el personaje de la serie de televisión The Big Bang Theory), pero sus comentarios generan un impacto profundo en sus hijos y en los demás miembros de la familia, especialmente cuando se le celebra su cumpleaños.
Adiós Entusiasmo es una obra psicoanalítica que nos recuerda al teatro experimental que llenaba las salas en los años sesenta y setenta, pero que también fue reemplazado por comedias cursis y presentaciones de stand-up flojas. Esta es una exploración sobre la figura de la madre que nos conecta con ese otro interesante experimento reciente de Darren Aronofsky, que fue destrozado por la crítica y por el público. Aquí no se debe recurrir a la lógica o a los lineamientos de una estructura narrativa (¿por qué la puerta de la madre está cerrada por fuera? ¿por qué el novio despreciado sigue en la casa?), Adiós Entusiasmo es una cinta orgánica, perturbadora, con algunos momentos graciosos y que busca que reconozcamos esa «materia oscura»: los aspectos extraños y enigmáticos que todos los que pertenecemos a una familia sabemos que existen.
Puede que esta no sea una película perfecta (el trabajo actoral es irregular) y que, pese a su corta duración, se sienta pesada y abrumadora. Pero, ¿quién dijo que todo en el cine debe ser entretenimiento ligero?