La apropiación desaforada de Hitler y Göring de las obras de arte de los países ocupados por los nazis, se toca en un documental demasiado anecdótico.
Dirección: Claudio Poli
La premisa de este documental italiano es la siguiente: con el surgimiento del Tercer Reich en Alemania y luego con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler (un artista frustrado) y Herman Göring (mano derecha de Hitler y coleccionista de arte), terminaron apoderándose de más del veinte por ciento de las pinturas y esculturas de Europa, al saquear los museos, galerías y talleres de los países que iban ocupando.
El director Claudio Poli utiliza al actor Toni Servillo (La Gran Belleza) como narrador, para que le cuente al espectador cómo Hitler era consciente de la relación entre el arte y la identidad cultural. Es así que su régimen promovió el arte realista y lo asoció al enaltecimiento de la raza aria y a los objetivos del partido. Asimismo, despreció a las obras de los movimientos de vanguardia (cubismo, surrealismo, expresionismo) y a cualquier producción que proviniera de la cultura judía o bolchevique. De hecho, en 1937, se realizó en Munich una exposición titulada «Arte Degenerado», que buscaba que el pueblo alemán pudiera comparar entre lo que los nazis consideraban «verdadero arte» y lo que no. Sin embargo, Göring (quien competía con Hitler en términos de acumular obras), utilizaba este tipo de arte como objeto de intercambio e inclusive, para ganar dinero.
Es una lástima que el documental de Poli se quede en las anécdotas y en las generalidades (su título es desorientador porque, salvo un brutal episodio entre un oficial Nazi y Picasso, al artista español poco se le menciona). Películas argumentales como The Monuments Men dirigida por George Clooney, o Woman in Gold de Simon Curtis, son mucho más esclarecedoras sobre ese oscuro aspecto de la guerra que lo que se expone aquí.
Hubiera sido más efectivo para este documental, seguirles el rastro a varias obras tomadas por los Nazis o centrarse en familias como los Rothschild o los Rosenberg, que sufrieron tanto la violencia ejercida por los alemanes como el robo de sus colecciones. Sin embargo, pese a la superficialidad de Hitler Versus Picasso, se logra hacer un comentario sobre un régimen absolutamente paradójico, que buscaba exterminar a grupos humanos enteros, pero que al mismo tiempo intentaba conservar lo mejor de la humanidad.
