Para todos aquellos que consideran que hay escasez de películas de terror y acción postapocalípticas con tintes satánicos y ochenteros, aquí les llega una película sangrienta y lisérgica protagonizada por (¿quién más?) Nicolas Cage.
Dirección: Panos Cosmatos
Nicolas Cage, Andrea Riseborough, Bill Duke, Linus Roache, Ned Dennehy
Prepárense para un viaje lisérgico y diabólico que parece haber sido extraído de las páginas de la revista Heavy Metal. Mandy (sin relación con la famosa canción de Barry Manilow), es una cinta de horror y venganza cortesía del director Panos Cosmatos (hijo del legendario George P. Cosmatos, el fallecido director de Rambo y Cobra).
Beyond the black rainbow, su película debut (realizada con las ventas de los DVD de Tombstone, el excelente western de su padre), es un alucinante trabajo de ciencia ficción retro que le rinde homenaje al cine y a los cómics de Jodorowsky, y que podría pensarse como un remake libre de Blue Sunshine, la excéntrica cinta de terror y suspenso dirigida por Jeff Lieberman en 1976.
Mandy, su segundo trabajo, sigue la línea de “película de medianoche” en donde todo es exagerado (como la fotografía de Benjamin Loeb y la música del fallecido Jóhann Jóhansson). Una cinta de este tipo y con la estética de cómic underground ochentero, no podría tener de protagonista a otro más que a Nicolas Cage.
Cage interpreta aquí al leñador Red Miller, quien vive en el año de 1983 con su adorada Mandy, una dibujante tipo Frank Frazetta (Andrea Riseborough), de pelo oscuro y rostro pálido y mórbido. Todo es paz y tranquilidad en la casa de campo de Red y Mandy, hasta que los miembros de una secta satánica llamada Los Hijos del Nuevo Amanecer llega al pueblo. Un encuentro fortuito de Mandy con el megalómano y lujurioso Jeremiah (un perverso Linus Roache), líder de la secta, lleva a que este contacte a unos motociclistas (que parecen extraídos del mismo infierno), para que rapten a Mandy.
Acto seguido, los motociclistas del demonio secuestran tanto a Mandy como a Red. Mandy se resiste y su destino se sella. Sin embargo, los miembros de la secta cometen del error de dejar vivo a Red y este se arma de licor y de múltiples armas letales para acabar con la existencia de cada uno de los miembros de Los Hijos del Nuevo Amanecer, incluidos los motociclistas.
Lo que sigue es un homenaje a las primeras películas de Mad Max, con todo y armas medievales, miembros mutilados, el rostro enloquecido de Nicolas Cage y mucha, mucha sangre. La infinidad de referentes, el aire retro y el tono alucinógeno y nihilista de Mandy, la han convertido en un fenómeno de culto instantáneo. Sin embargo, podría pensarse también en una película pretenciosa y vacía que recurre al cine “B” de tiempos pasados, para apelar a la nostalgia de aquellos que extrañamos unas películas que ya no se hacen, más que por realizar un trabajo arriesgado, creativo e innovador (léase Upgrade). Sin embargo, gracias en gran parte a la maravillosa sobreactuación de Nicolas Cage, logrará poner la piel de gallina a los fanáticos las películas de acción y terror postapocalíptico con tintes satánicos y ochenteros.