El segundo intento norteamericano en adaptar la saga Millennium al cine, se encuentra en el nivel de las tres excelentes películas suecas.
Dirección: Fede Álvarez
Claire Foy, Sverrir Gudnason, Sylvia Hoeks, Lakeith Stanfield, Stephen Merchant
El escritor sueco Stieg Larsson creó a comienzos del siglo XXI una serie de best-sellers protagonizados por un periodista llamado Mikael Blomkvist y una mujer bisexual experta en informática llamada Lisbeth Salander. Aunque Larson había pensado en diez novelas, su fallecimiento en 2004 dejó solo tres historias publicadas: Los hombres que no amaban a las mujeres (conocida también como La chica del dragón tatuado), La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire). Sin embargo, el éxito de estas oscuras obras de suspenso criminal con tintes feministas, llevó a que el escritor David Lagercrantz fuera contratado por la editorial para continuar con la serie, escribiendo Lo que no te mata te hace más fuerte y El hombre que perseguía a su sombra.
Las adaptaciones cinematográficas no se hicieron esperar y resultaron inicialmente en tres exitosas cintas suecas protagonizadas por Noomi Rapace y el fallecido Michael Nyqvist. Luego vino un intento estadounidense por apropiarse de la saga con David Fincher en la dirección y Rooney Mara y Daniel Craig en los papeles de Lisbeth y Mikael. Aunque fue un interesante trabajo atmosférico, no logró convencer y, mucho menos, igualar a las películas europeas.
Ahora Norteamérica vuelve a intentarlo, dejando quietos los libros de Larsson y adaptando el primer libro de Lagercrantz con el título La chica en la telaraña, que bien puede servir como secuela para la trilogía sueca. Los nuevos protagonistas con Claire Foy, la protagonista de la exquisita serie para Netflix The Crown; y Sverrir Gudnason, el actor que interpretó al tenista Björn Borg en la estupenda cinta Borg y McEnroe.
El director encargado de la nueva adaptación es el uruguayo Fede Álvarez, quien nos sorprendió con un excelente remake del clásico de culto Evil Dead y luego con una emocionante cinta de suspenso llamada No respires. Las apuestas estaban en que esta cinta no iba a ser mejor que la decepcionante adaptación de Fincher y mucho menos iba a poder igualar a la trilogía sueca, debido a la falta de experiencia de Álvarez y a que se iba a adaptar un libro no escrito por el autor original. Pero, sorpresivamente, La chica en la telaraña es apropiada con éxito por Álvarez, quien decide convertir las aventuras de Lisbeth Salander en una elegante cinta de acción que goza de una actuación más que convincente, por parte de Claire Foy.
Sobre la trama no se puede revelar mucho, excepto que Lisbeth y Mikael han estado separados por varios años, pero un encargo que sale mal lleva a la chica del dragón tatuado a volver a solicitar la ayuda del periodista y ex amante. Asimismo, una persona del pasado de Lisbeth vuelve para atormentarla, junto con experto en seguridad informática dispuesto a detenerla. Y ni hablar de un niño precoz que despierta el instinto maternal de esta mujer ruda, solitaria y huraña.
Aunque algunos detestarán las libertades que los guionistas Álvarez, Jay Basu y Steven Knight se tomaron con la historia y que volverá a poner en tela de juicio el eterno dilema sobre si es mejor el libro o la película, lo cierto es que el manejo del ritmo lleno de energía impuesto por el director uruguayo (el cual se resalta en las impresionantes secuencias de acción), la evocadora fotografía de Pedro Luque y la interpretación de Foy que nos muestra su amplio rango actoral y que se aleja de su papel de la constipada Reina Isabel, hacen de esta cinta una digna secuela no oficial de una trilogía de películas que deben verse junto con esta, así se hayan leído los libros o no.
Puede que La chica en la telaraña sea más ligera que sus predecesoras y que sus personajes carezcan de dimensión psicológica, pero la Lisbeth Salander encarnada por Claire Foy es una heroína más que oportuna, en estos tiempos de opresión, abuso y maltrato a la mujer.
