El simpático personaje creado por Dr. Seuss vuelve en una nueva versión animada, pero la mejoría no es mucha.
Dirección: Yarrow Cheney, Scott Mosier
Con las voces de Benedict Cumberbatch, Rashida Jones, Keenan Thompson
En 1957, Theodor Seuss Geisel, mejor conocido como Dr, Seuss, escribió un popular cuento infantil llamado ¡Cómo El Grinch robó la Navidad! acerca de una criatura peluda, huraña de corazón pequeño y que odia la Navidad.
En 1966, el animador Chuck Jones realizó un cortometraje sobre el personaje, el cual, hasta la fecha, continúa siendo la versión definitiva del Grinch. En 1977 se realizó otro corto animado titulado Halloween is Grinch Night, que sirve como precuela del corto del 66. En 1982, el departamento de animación de Marvel produjo para la televisión el musical The Grinch Grinches The Cat in the Hat, un crossover entre el Grinch y El Gato en el Sombrero. Y en el 2000, se realizó una adaptación en acción real que se cuenta como uno de los momentos más bajos en la carrera de Jim Carrey.
Llega ahora una nueva versión totalmente animada cortesía de los estudios Illumination (hogar de los Minions), que no busca contar una nueva historia de esta criatura verde, sino que vuelve a sus raíces rescatando el libro de Dr. Seuss y que sirve como re-boot para poder explotar así a un personaje querido por muchos y que, paradójicamente, fue creado para criticar el comercialismo rampante que contamina el espíritu de la Navidad.
La cinta, con una paleta de hermosos colores, cuenta con la voz de Benedict Cumberbatch, el protagonista de la serie Sherlock, quien le ofrece cinismo y sofisticación al Grinch, algo que no se veía desde que Boris Karloff le dio voz al personaje en los años sesenta. Es una pena que Cumbertbatch no haya utilizado su acento británico, cambiándolo por un incómodo acento norteamericano que busca dar cuenta de la procedencia de Dr. Seuss (nacido en Massachusetts), pero que no aporta mucho al personaje. Quien realmente aporta es Max, el perro del Grinch, quien está bellamente animado y que termina robándose el corazón de los espectadores. Vale la pena anotar que esta es la primera versión en la que el Grinch no trata mal a su mascota, más allá de obligarla a servirle café todas las mañanas (¡Ah! Si eso pudiera convertirse en realidad…).
Al tener hora y media para volver a contar la historia de cómo el Grinch se robó la Navidad (el corto original dura 26 minutos), la cinta se siente forzosamente alargada y más aún, cuando no cuenta con números musicales de relleno. Pero el mayor pecado de la nueva versión del Grinch, es su falta de irreverencia, la cual es el alma de las rimas de Dr. Seuss y que aquí desaparece para dar paso a un producto aséptico y políticamente correcto, que nos cuenta los orígenes del odio por la Navidad del Grinch para disculpar su maldad inherente y que desperdicia a Pharrell Williams (quien actúa como narrador) y al controversial rapero Tyler The Creator (intérprete del tema I am the Grinch), los cuales pudieron haberle dado algo de picante a las rimas originales.
El resultado es una cinta que explota a un personaje ya conocido y probado, para generar un rato de esparcimiento efímero y artificioso, el cual se olvidará rápidamente después de salir de las salas de cine debido a su levedad. Como bien podría decir el Grinch, esta es una de las razones por las cuales algunos cinéfilos odiamos la Navidad.