La película biográfica sobre Mötley Crüe, una de las bandas más representativas del Heavy Metal de los años ochenta, obtiene una película cargada de sexo, drogas y Rock & Roll, tal y como como Dios (o el diablo) manda.
Dirección: Jeff Tremaine
Machine Gun Kelly, Douglas Booth, Daniel Webber, Iwan Rheon
Si usted pertenece a la inmensa minoría que quedó insatisfecha por la falta de sexo y drogas en la cinta sobre Rock & Roll Bohemian Rhapsody, aquí les llega un biopic que no es para nada tímido a la hora de abordar los excesos de una de las bandas más representativas de los años ochenta: Mötley Crüe.
The Dirt, basada en el libro homónimo escrito en el 2001 por los cuatro miembros de la banda junto con Neil Strauss, está a cargo del chico malo Jeff Tremaine, director de las tres estupendas versiones fílmicas de Jackass y de la igualmente buena Bad Grandpa, el spin-off protagonizado por Johnny Knoxville. Gracias a que los miembros de Mötley Crüe renunciaron a sus respectivos egos (ellos también son los productores de la cinta) y al amor auténtico que Tremaine tiene por la banda (él produjo el mini-documental The End sobre el retiro definitivo de Mötley de los escenarios), The Dirt es un trabajo que enmarca el verdadero espíritu del Rock y no una versión aséptica y edulcorada sobre los orígenes, ascenso, descenso y resurgimiento de una banda.
Narrado de una manera innovadora por los cuatro miembros, The Dirt se favorece gracias a unos actores que se parecen, pero que también aportan todo su talento para caracterizar a los integrantes de Mötley Crüe. El británico Douglas Booth (Orgullo y Prejuicio + Zombies) logra encarnar a la perfección al sufrido pero carismático bajista Nikki Sixx, fundador del cuarteto, rechazado por su madre y adicto a la heroína; el rapero Machine Gun Kelly es sencillamente genial como el talentoso baterista Tommy Lee, un hijo de mamá y enamorado crónico; Iwan Rheon (de la malograda serie de Marvel Inhumans) es el gruñón Mick Mars, excelente guitarrista y la conciencia de la banda gracias a su diferencia de edad; y Daniel Webber (el soldado Lewis Walcott de la serie The Punisher); es todo sexo y melodrama interpretando al atractivo cantante Vince Neil.
Aquí, cada miembro es protagonista y nadie le roba a nadie su momento ante los reflectores. Todas las anécdotas que conocen los fanáticos de la banda están aquí (el encuentro con su satánica majestad Ozzy Osbourne es para enmarcar) y sus mejores temas van a recrear la cinta de principio a fin.
Lo único que se le reclama a The Dirt es su énfasis en los excesos y escándalos más que en el proceso creativo de la banda. Y es que es su talento como músicos, la razón por la cual se le perdona todo (o casi todo) a estos chicos procedentes de Los Ángeles.
The Dirt es una cinta que mantiene vivo el espíritu de rebeldía, hedonismo y ruido de un Rock que hoy en día se encuentra agonizando. Hágale un favor a la humanidad y véase The Dirt… no resistirá la tentación de desempolvar y colocar en su tornamesa los viejos acetatos de Mötley Crüe a un volumen máximo de 11.