Una mirada a la persona de Botero, contada por él mismo y por sus hijos.
Dirección: Don Millar
Fernando Botero, el artista nacido en Medellín, Colombia y que este año cumple 87 años de edad, es quizás el pintor y escultor vivo más popular del mundo. Su particular estilo figurativo de volumetrías exageradas (denominado “boterismo”), ha ganado tanto elogios como desprecio por parte de la crítica y el público. Algunos lo ven como un genio irreverente, otros lo ven como un artista repetitivo y cínico que apela al gusto de las masas.
El primer largometraje del director canadiense Don Millar, es un documental que le permite a Botero hablar sobre su vida y arte, así como a sus tres hijos (Fernando Botero Zea, Lina Botero y Juan Carlos Botero) hablar sobre su padre. El trabajo de Millar nos muestra a un Botero que cree firmemente en un estilo identificable como la clave para convertirse en un artista importante, que busca problemas en sus obras más que soluciones y, lo más importante, que en más de 70 años de vida no ha parado de pintar y de esculpir.
La trágica muerte a los 4 años de edad de Pedro, uno de los hijos de Botero y la influencia de este hecho traumático en su vida y obra, es abordada por el documental, pero otros aspectos oscuros, como el arresto por enriquecimiento ilícito del político Fernando Botero Zea dentro del escándalo denominado como “Proceso 8000”, ni siquiera se tocan. También es una lástima que la importante gestora cultural y recientemente fallecida Gloria Zea (la primera esposa de Botero y Fundadora del Museo de Arte Moderno de Bogotá) no se incluya dentro de los testimonios, así como las voces de Cecilia Zambrano (madre de Pedro) y la artista griega Sophia Vari, están completamente ausentes.
Pero lo que más se extraña del documental es la falta de un análisis profundo de la obra de Botero. El artista siempre se ha mostrado muy reservado sobre su vida personal y siempre ha querido que sea su obra la que hable por él. Esto explicaría el sesgo del documental de Millar, pero aquellos que quieran saber más sobre su obra y no tanto sobre su vida, tendrán que esperar un nuevo trabajo que lo haga (y que debería hacerse).
