La temporada de teatro en cine se inaugura con la actualización de una de las más importantes tragedias escrita en 1603 por William Shakespeare.
Dirección: Jonathan Munby
Ian McKellen, Danny Webb, Kirsty Bushell, James Corrigan, Sinéad Cusack, Lloyd Hutchinson, Claire Price
A sus 79 años, Sir Ian McKellen se despide de los escenarios teatrales con El Rey Lear, un papel que ya había sido representado por él en las tablas en dos ocasiones anteriores.
La producción de Jonathan Munby, ambientada en un escenario contemporáneo, es protagonizada por McKellen con una interpretación llena de naturalismo, con una gran atención por los detalles y con una fuerte carga de tristeza y melancolía, que combina muy bien con la historia de Shakespeare acerca de un rey soberbio que es despreciado por su edad y traicionado por sus hijas. El Lear de McKellen es, en esta ocasión, un hombre emocionalmente inestable, infantil, al borde de la locura, con problemas para recordar y que no logra decidirse entre odiar o amar con toda su alma a las dos mujeres con las que inevitablemente mantiene un vínculo de sangre.
McKellen no podría lograr esa sublime interpretación sin un excelente elenco de apoyo, en el que se destacan James Corrigan, con una deliciosa encarnación del villano narcisista y conspirador Edmundo; Kirsty Bushell, con un retrato sexuado y al mismo tiempo sádico de Regania, la segunda hija del desafortunado Rey y la más cruel; Claire Price como la imponente Gonerilda, la primogénita; la veterana del teatro Sinéad Cusack, interpreta a Kent, la fiel servidora del Rey Lear; y Lloyd Hutchinson como el Bufón, la voz de la razón de la obra.
El Rey Lear de Munby es definitivamente más cinematográfico que teatral, en una puesta en escena que busca cautivar a los nuevos espectadores que todavía no saben (o entienden) que el personaje de Magneto en los X-Men, las maquinaciones del poder de la serie Game of Thrones y prácticamente todos los dramas criminales (El padrino, Scarface, Reservoir Dogs, Los Soprano y Breaking Bad,por nombrar a algunos), de alguna manera beben de esta obra oscura, nihilista, amarga, violenta y perversa.