Un concierto retrofuturista llevado a cabo en un escenario sin público, por uno de los últimos sobrevivientes del movimiento electrónico francés.
Dirección: André Chemetoff
Junto a Daft Punk, Justice hace parte del último bastión del French House, el movimiento de música electrónica y Neo-Disco que endulzó nuestros oídos en la primera mitad de la década del 2000, con la música de artistas como Dimitri From Paris, Étienne De Crécy, Air, Cassius, The Supermen Lovers, Modjo, Benjamin Diamond, Bob Sinclar, Alan Braxe, Roudoudou, Grand Popo Football Club, Mr. Oizo, Laurent Garnier, Tahiti 80 y Mirwais, entre otros.
El dúo, conformado por Gaspard Augé y Xavier de Rosnay, tiene hasta la fecha tres álbumes de estudio en su haber (Cross, Audio Video Disco y Woman) y su música (que peca algunas veces de ser reiterativa y repetitiva), se enaltece gracias a unos interesantes videos musicales como son los que acompañan a los sencillos We Are Your Friends, D.A.N.C.E., DVNO, Civilization o Audio Video Disco.
Justice ya había sido el protagonista de una película en concierto llamada A Cross The Universe, cubriendo su gira del 2008. Y la película Rubber, dirigida por Quentin Dupieux (conocido como Mr. Oizo), acerca de un neumático que cobra vida y mata a las personas con sus poderes psíquicos, es una delirante obra audiovisual que goza de la música de Augé.
Llega a las salas de cine Iris: A Space Opera By Justice, la segunda película en concierto de la agrupación, la cual, siguiendo la tradición de Pink Floyd en Pompeya, nos muestra a Augé y a de Rosnay, interpretando su música en un escenario lleno de luces, artefactos y cámaras flotantes, pero sin público.
Iris hace que el espectador se sienta como un adolescente multimillonario y consentido por sus padres, que quiere para su cumpleaños un concierto de su banda favorita, pero sin ese público molesto característico de ese tipo de eventos. Y los seguidores más veteranos de la música electrónica, sentirán que están viendo una presentación de Jean-Michel Jarre o de Tangerine Dream, realizada para algún oscuro programa de la televisión europea de los años setenta.
Lo cierto es que sea usted o no fanático de Justice, no se podrá resistir a esta experiencia “retro-electro-espacial”, la cual se apreciará mucho mejor en una gran pantalla y con un sonido envolvente. Sin embargo, hay que decir que Iris pertenece más a un escenario como el Planetario o el Cine-Domo, que a una sala de cine tradicional.
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