El encuentro entre Virginia Woolf y Vita Sackville-West llevó a la creación de Orlando, una de las mejores obras de Woolf. Este es el recuento de dicho encuentro.
Director: Chanya Button
Gemma Arterton, Elizabeth Debicki, Isabella Rossellini, Rupert Penry-Jones
En 1992, la británica Sally Potter dirigió Orlando, película protagonizada por Tilda Swinton y adaptación de la novela homónima de Virginia Woolf, la cual, pretendiendo ser la biografía de un personaje histórico, en realidad estaba basada en la escritora Vita Sackville-West, quien fuera amante de Woolf.
Diez años más tarde, el también británico Stephen Daldry, dirigió la cinta Las horas, una adaptación de la novela de Michael Cunningham, que trata sobre tres mujeres pertenecientes a diferentes períodos históricos, cuyas vidas se conectan gracias a la novela Mrs. Dalloway, escrita por Virginia Woolf. Nicole Kidman obtuvo el premio Óscar a la mejor actriz, por interpretar a Woolf en esta celebrada película.
Ahora, la directora londinense Chanya Button (Burn Burn Burn) vuelve a llevar a Virginia Woolf a la gran pantalla en Vita & Virginia, una cinta que se centra en el romance entre las dos mujeres y como este amorío inspiró a Woolf para escribir una de sus obras más reconocidas.
Gemma Arterton (Tamara Drewe, The Voices), interpreta a Vita, una escritora en ese entonces más popular que Virginia, hija de aristocráticos y casada con el diplomático Harold Nicolson (en un matrimonio abierto y forjado por conveniencia, debido a la bisexualidad de ambos, pero que no excluía una relación de afecto genuino por parte de los esposos). Elizabeth Debicki (El gran Gatsby, Macbeth), encarna a Virginia, quien trabaja junto con su esposo en la editorial Hogarth Press y que sufre de ataques de ansiedad y depresión, las cuales aumentan, debido a la controversia que rodeó a la publicación de Mrs. Dalloway.
Vita admira a Virginia y el encuentro entre las dos es de mutua atracción, pese a que las dos mujeres poseen unas personalidades diametralmente diferentes. Es una pena, que la cinta no profundiza en la psique y en el proceso creativo llevado a cabo por las dos escritoras, quedándose en la anécdota y en un retrato bellísimamente fotografiado por Carlos De Carvalho, pero que desentona con algunos efectos especiales por computador que responden a las alucinaciones de Virginia (enredaderas creciendo, pájaros atacando), y a la música electrónica de Isobel Waller-Bridge, la cual pretende darle un contexto moderno a la relación entre Vita y Virginia, pero que en últimas termina restándole elegancia a la cinta.
Asimismo, la directora no le da espacio a los actores para que puedan desarrollar sus personajes. El resultado es una película biográfica que no se decide entre mostrar los acontecimientos que llevaron a la creación de Orlando, o contar la historia de una mujer que trata de encontrar el amor en los brazos de su colega.
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