La actuación de Catherine Deneuve es una de las pocas cosas redimibles de una cinta que no alcanza a desarrollar sus interesantes premisas.
Director: Julie Bertuccelli
Catherine Deneuve, Chiara Mastroianni, Alice Taglioni
Sin lugar a dudas, Catherine Deneuve es una de las mejores actrices (por no decir la mejor) en la historia del cine francés. Y en su última película vuelve a demostrarlo, pese a que no es uno de sus mejores trabajos.
Aquí, Deneuve interpreta a Claire Darling, una mujer viuda que despierta convencida de que está viviendo el último día de su vida. Acto seguido, saca los cientos de objetos (muchos de ellos valiosas antigüedades) al jardín de su casa para hacer una “venta de garaje”. Nos damos cuenta de que Claire no tiene una noción clara de su realidad (posiblemente debido a una demencia senil), lo que la lleva a confundir a las personas que la ayudan con personas que hacen parte de su pasado, y a deshacerse de sus bienes materiales cobrando por ellos unos precios irrisorios.
Las locuras de Claire llaman la atención de una amiga de infancia de Marie, la hija de Claire, quien le advierte de lo que su madre está haciendo. Es así que Marie (interpretada por Chiara Mastroianni, quien en la vida real es la hija de Deneuve y del protagonista de La Dolce Vita), llega a la casa de su madre para tomar cartas en el asunto. Lo que sigue es una serie de flashbacks que nos muestran las múltiples tragedias por las que ha pasado Claire, los cuales se combinan con los misterios que rodean algunos de los objetos que hacían parte de su hogar.
Es una pena que la interesante premisa planteada por la directora y guionista Julie Bertuccelli (El árbol), se desperdicie en una ejecución que exaspera por su ritmo (la película dura hora y media, pero se siente eterna) y que no se decide en su enfoque (¿Es una cinta que explora la pérdida de la memoria? ¿Su temática principal tiene que ver con los momentos cruciales a los que inevitablemente debe enfrentarse toda familia? ¿Es una crítica al apego hacia los objetos? ¿La última locura de Claire nos habla sobre la inminencia de la muerte?). Asimismo, la película de Bertuccelli deja muchos cabos sueltos, su simbología es cursi y vacía, y el final es demasiado abrupto y poco satisfactorio.
Sin embargo, ver a Deneuve en la pantalla grande es todo un placer y hace que los espectadores dejemos de lado los defectos de la película, pese a que algunos son casi imperdonables.
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