Los escritores de The Hangover regresan con una disparatada película en la que un joven solitario y adicto a su celular, debe enfrentarse con un nuevo aparato cruel, cínico, obsesivo y vengativo (con voz de mujer).
Director: Jon Lucas, Scott Moore
Adam Devine, Alexandra Shipp, Rose Byrne, Michael Peña, Wanda Sykes
Jon Lucas y Scott Moore son reconocidos por su trabajo como guionistas en la estupenda comedia The Hangover y por ser los directores de las dos entregas de Bad Moms, un par de comedias tontas, pero definitivamente irresistibles.
Ahora los dos regresan a la pantalla grande como los directores y guionistas de Jexi: Un celular sin filtro, otra cinta ligera pero extremadamente hilarante que apunta a lo que el psicólogo neozelandés Glenn Wilson caracteriza como el mal del siglo XXI: la adicción y la dependencia a los dispositivos electrónicos.
Piense en Jexi como si fuera la hija poco inteligente de Her, la fascinante cinta de Spike Jonze, en la que un hombre (interpretado por Joaquin Phoenix), se enamora de Samantha, un sistema operativo que posee la voz de Scarlett Johansson. Aquí, Adam Devine (el carismático actor conocido por comedias descerebradas como Pitch Perfect o Mike And Dave Need Wedding Dates), encarna a Phil, un joven solitario que desde pequeño ha encontrado refugio y compañía en su teléfono celular y que sueña con ser un periodista serio, pero que tiene que conformarse con trabajar bajo la tiranía de su excéntrico jefe Kai (Michael Peña), haciendo notas insulsas para la internet.
Phil conoce por accidente a una bella chica llamada Cate (Alexandra Shipp), y el precio a pagar por el encuentro es la destrucción de su celular. Es así que el joven acude a una tienda para solicitar un reemplazo, la cual es atendida por la también excéntrica Denise (Wanda Sykes), quien le hace ver su dependencia enfermiza y pese a las advertencias, le entrega un nuevo teléfono, esta vez con un sistema operativo llamado Jexi (de ahí el título de la película).
Jexi no posee la voz de Scarlett, pero si la de Rose Byrne (la actriz de cintas como Neighbors, Spy o Bridesmaids). Además, su voz es fría, monótona y mecánica, aunque ese es el menor de los problemas. Como si fuera la versión extendida de uno de los capítulos de la tercera temporada de la serie animada Big Mouth, Phil debe enfrentarse a un celular cruel, cínico, con actitud de “troll” de la internet y con una personalidad obsesiva y vengativa, que tiene la misión de sacar a su usuario del estatus de “perdedor” y convertirlo en una persona más decidida, arriesgada y con mejores competencias interpersonales, utilizando unas tácticas decididamente agresivas.
Esta comedia se hace muy divertida cuando vemos cómo Jexi abusa de la confianza que Phil (y todos nosotros) depositamos en nuestros teléfonos celulares: fotos íntimas, cuentas bancarias, acceso a mensajes y la posibilidad de contacto inmediato con jefes, familiares y amigos. Pero lo es aún más, cuando Jexi se pone celosa de que su usuario le dedique más tiempo a una chica real que a su relación virtual (la película inclusive se atreve a mostrarnos una escena de lo que podríamos describir como “sexo millennial” de Phil con su celular).
Jexi comete el error de caer en el terreno de los lugares comunes de las comedias románticas, con todas las cursilerías, estereotipos y situaciones edulcoradas características de este tipo de productos. Sin embargo, cuando se enfoca en este desquiciado sistema operativo y en recordarnos cómo la mayoría de nosotros somos tan adictos a los celulares como Phil, esta comedia da justo en el clavo.
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