Sin evitar las fallas y las derrotas de su personaje basado en la vida real, la película sobre Sergio Vieira De Mello es más que oportuna para estos momentos de crisis y desesperanza.
Director: Greg Barker
Wagner Moura, Ana De Armas, Brian F. O’Byrne, Bradley Whitford
El neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco Viktor Frankl, sobreviviente de los campos de concentración Nazi, dijo alguna vez que los momentos de crisis hacen aflorar lo peor, pero también lo mejor de los seres humanos. Sergio Vieira De Mello, el diplomático brasilero que trabajó como Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos a comienzos del siglo XXI, es una de esas personas perteneciente al segundo grupo.
En estos tiempos de confinamiento, desesperación, hostilidad y falta de solidaridad, es gratificante y reconfortante poder ver una película sobre un hombre solidario y comprometido, producto de la vida real. Greg Barker, el director de The Final Year, el excelente documental sobre Barack Obama, convierte su documental del 2009 realizado para HBO sobre Vieira de Mello, en una película argumental basada en el guion de Craig Borten (Dallas Buyers Club, The 33). El resultado es una cinta muy humana acerca de un hombre con una gran nobleza y carisma.
Gracias a la interpretación de Wagner Moura (el capitán Nascimento en Tropa de Élite y Pablo Escobar en la serie Narcos), se le hace justicia a la vida de un hombre que abandonó a su esposa y a sus dos hijos (aquí interpretados por los hijos reales de Moura), para recorrer el mundo con la misión de negociar con grupos terroristas y con crueles gobernantes, y así lograr la paz en los lugares azotados por la violencia como Camboya, Timor, Indonesia e Irak.
La película de Barker no es tímida al mostrar los aspectos oscuros de su misión (muchos opositores critican el papel de las Naciones Unidas como encubridora de las acciones de los Estados Unidos). Asimismo, se enfoca en el romance que Vieira De Mello mantuvo con la argentina Carolina Larriera (encarnada por la hermosa actriz cubana Ana De Armas), consejera económica de las Naciones Unidas, sin ocultar la pasión y la sexualidad inherente al idilio. La química entre los dos actores protagonistas (quienes ya habían actuado juntos en la cinta de Olivier Assayas The Wasp Network), es más que evidente y le brinda credibilidad y vitalidad a la relación entre Vieira De Mello y Larriera.
Vieira de Mello fue víctima de un ataque terrorista en las oficinas de las Naciones Unidas ubicadas en Bagdad, llevado a cabo por el miembro de Al-Qaeda Abu Musab Al-Zarqawi en el 2003. Por medio de flashbacks se relatan los triunfos y fracasos del diplomático, mientras sufrimos con el infructuoso intento de rescate por parte de dos soldados norteamericanos (Garret Dillahunt y Will Dalton).
Puede que la cinta se tome sus licencias dramáticas e idealice por momentos al diplomático mártir (el personaje de Gil Loescher, encarnado por Brian F. O’Byrne, es producto de la ficción y es una amalgama de varios funcionarios que trabajaron con Vieira De Mello). Pero, lo cierto es que esta cinta sobre un hombre lleno de esperanza en la humanidad y con el ideal de un mundo mejor, sirve como bálsamo y ejemplo en estos momentos de crisis donde el egoísmo y la hostilidad están cobrando fuerza.
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