La falta de riesgo y la aproximación demasiado simpática y condescendiente con el Festival de Eurovisión, hacen que la nueva comedia de Will Ferrell pierda su curso.
Director: David Dobkin
Will Ferrell, Rachel McAdams, Pierce Brosnan, Mikael Persbrandt, Dan Stevens, Demi Lovato, Graham Norton, Elin Petersdottir
El Festival de la canción de Eurovisión, trasmitido cada año desde 1956 (a excepción de este año, ya que fue suspendido por la pandemia del COVID-19) es, junto con el Festival de San Remo y el de Viña del Mar, uno de los últimos bastiones de la música Pop cursi y empalagosa, luego de que el Festival OTI se cancelara en el año 2000.
Eurovisión (la competencia musical más longeva de la historia), invita a un intérprete (solista, dúo o grupo) para que presente en vivo una canción ante una audiencia de más de 500 millones de personas y concurse por el codiciado palmarés. La mayoría de los ganadores logran una popularidad efímera. Sin embargo, artistas como Abba, Lulu, Brotherhood of Man, Massiel, Bucks Fizz y Celine Dion, llegaron a gozar de fama perdurable. Pero no nos equivoquemos, este ha sido el receptáculo para canciones horribles como Ding-A-Dong, Hallelujah, Diggi-Loo Diggi-Ley, Rock ‘n’ Roll Kids, Diva, Hard Rock Hallelujah, Fairytale o Rise Like a Phoenix. Asimismo, muchos espectadores esperan con ansia los tropiezos, las excentricidades y las equivocaciones de los participantes (todavía se recuerdan las desastrosas presentaciones de Manel Navarro, Dustin The Turkey, Super Gypsy y Sameach…búsquenlas, se divertirán).
Es una lástima que la atmósfera kitsch y camp que emana Eurovisión, no se haya explotado del todo en la nueva comedia protagonizada por Will Ferrell y Rachel McAdams, y que nos cuenta la historia de The Fire Saga, un dúo islandés ficticio (similar a Roxette), que tiene el sueño de triunfar en el Festival. Ferrell interpreta a Lars Erickssong, un hombre de una cuidada cabellera rubia, que suele vestirse con trajes futuristas y que quiere demostrarle su valía a Erick, su padre viudo (Pierce Brosnan) que se avergüenza de él. McAdams es (Sigrit Ericksdottir), una niña retraída quien, gracias a Lars (y a la música de ABBA), se convirtió en una cantante con una hermosa voz (la cual cuenta aquí con el apoyo de la artista Pop Molly Sandén).
Farrell ha confesado ser un ferviente admirador del festival y esto puede ser la razón por la cual Eurovisión es tratado en esta película con mucha condescendencia y poca bilis. El director David Dobkin (autor de la fantástica Wedding Crashers), nos obliga a soportar más de dos horas de una comedia que prometía, pero que al final, termina aburriendo y decepcionando, pese al talento de sus protagonistas y a que contaba con las participaciones de Demi Lovato como una cantante espectral, del carismático Graham Norton como el presentador del festival, y de los respetados actores suecos Mikael Persbrandt (Un mundo mejor), como el villano, y Elin Petersdottir (Hemma), como la madre de Sigrit.
De todas maneras, la cinta logra surgir de las cenizas gracias a la canción Jaja Ding Dong que el dúo Fire Saga es obligado a interpretar repetidas veces para su público local; y a Dan Stevens (el actor de las series Downton Abbey y Legion), quien como el ruso Alexander Lemtov, intérprete de la canción Lion Of Love, encarna a la perfección el espíritu del eurotrash (piensen en una amalgama entre el británico George Michael, el puertorriqueño Ricky Martin, el turco Tarkan y el griego Sakis Rouvas, y se harán una idea del fabuloso personaje encarnado por Stevens).
Si Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga se hubiera enfocado menos en los lugares comunes y más en las canciones Pop de pacotilla, así como en las presentaciones exageradas y de mal gusto que caracterizan al festival o, por lo menos, en contratar a la islandesa Bjork para una breve aparición, las cosas hubieran funcionado mejor. Esta cinta tenía todo para convertirse en una gran comedia, pero su timidez la condujo a la derrota.
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