El director Omar Naim, quien en el pasado mostró originalidad e inteligencia, ahora dirige una película de terror mediocre acerca de un hombre poseído y una novia que no comprende por qué su amado se comporta de una manera extraña.
Director: Omar Naim
Toby Kebbell, Penelope Mitchell, Jason Patric
Las películas de terror que giran en torno al poder demoniaco, cuando se ejecutan bien, terminan convirtiéndose en clásicos del género. Gracias a la maestría y al sentido de grandilocuencia de William Friedkin y Richard Donner, El exorcista y La profecía no han podido ser superadas, pese a que ya cuentan con más de cuarenta años de edad.
Omar Naim, director originario de Jordania, sorprendió y perturbó a su público por partes iguales, con Final Cut, una cinta de ciencia ficción del 2004 protagonizada por Robin Williams, en la que unos implantes permiten grabar todos los eventos de la vida de una persona desde su nacimiento hasta su muerte, como si viviéramos en una reunión de Zoom permanente. Sin embargo, Posesión diabólica, su último trabajo, se encuentra muy alejado de la originalidad e inteligencia que evidenció en el pasado.
Lo mismo podría decirse de Toby Kebbell, un sólido actor británico con un impresionante debut en la cinta independiente Dead Man’s Shoes, y quien se destacaría en papeles secundarios en películas como Control, Match Point, Rock N Rolla y War Horse, para luego sucumbir en gigantescos desastres de taquilla y de crítica como Ben-Hur, Warcraft, Bloodshot y, especialmente el infame reboot de The Fantastic Four (donde interpretaría al nefasto Dr. Doom).
Kebbel intenta de manera infructuosa recuperar su lastimada carrera interpretando a Alex Ferri, un hombre huérfano que viaja con su prometida Lisa Corrigan (Penelope Mitchell reemplazando a última hora a Claire Holt), para conocer a los padres de esta. Antes de llegar a su destino, Lisa propone desviar el camino y visitar a Glen, un primo de Alex (Jeff Daniel Phillips), para que su novio tenga algún tipo de conexión con un familiar, así sea lejano. Esto termina siendo una muy mala decisión.
Luego de la malograda visita, Lisa comienza a darse cuenta que su novio ya no es el hombre que solía ser. La joven, quien además ha quedado embarazada, busca ayuda en un hombre llamado Kevin Lee (un Jason Patric irreconocible y en la película equivocada), quien le plantea una explicación inverosímil: Su novio ha sido poseído por una entidad diabólica a la que le gusta apoderarse de cuerpos de padres de familia, para maltratar a sus respectivas parejas e hijos, y luego asesinarlos.
El subtexto sobre el maltrato intrafamiliar está presente, así como una poderosa fuerza imposible de derrotar. Pero, al igual que Fallen, una olvidada película de terror de 1998 sobre el espíritu de un asesino en serie que se apoderaba una y otra vez de personas inocentes y que contaba con actores de la talla de Denzel Washington y John Goodman, Becoming es una cinta pobremente ejecutada que incluye algunos momentos perturbadores, pero que nos hace pensar qué hubieran hecho Friedkin o Donner si hubieran sumido este material.
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