El segundo entierro de Alejandrino (2021)

Un documental etnográfico que sirve como pieza de compañía para Lapü, y que junto a este y Jericó: El infinito sueño de los días, se convierte en uno de los mejores documentales colombianos de todos los tiempos.

Director: Raúl Soto Rodríguez

Definitivamente, la fuerza central del cine colombiano se encuentra en el documental etnográfico. Desde los años cuarenta, la vida de los indígenas y campesinos se han retratado en numerosos cortometrajes que, hay que decirlo, en su gran mayoría han sido de una gran mediocridad.

Pero en los últimos años, los largometrajes Jericó: El infinito vuelo de los días (2016) de Catalina Mesa, y Lapü (2019), de César Alejandro Jaimes y Juan Pablo Polanco, recogieron lo mejor de esos más de ochenta años de tradición, para ofrecernos unos hermosos trabajos llenos de belleza y delicadeza que hubieran llenado de orgullo a Robert Flaherty, el padre de este tipo de documental, el cual inicia con su obra maestra Nanook el esquimal en 1922.

Ahora, el director antioqueño Raúl Soto Rodríguez (fotógrafo de ese gran largometraje colombiano llamado La mujer del animal) nos ofrece una película (sí, los documentales son películas), con una fotografía tan hermosa y llena de significado (a cargo de David Horacio Montoya), que se equipara a la de los trabajos de Mesa, Jaimes y Polanco (sí, una de las claves del documental etnográfico está en su fotografía), y que, debido a su temática similar, bien puede pensarse como una pieza de compañía para Lapü.

El segundo entierro de Alejandrino nos interna al mundo de los indígenas Emberá (Lapü narra una anécdota sucedida al interior de los Wayuú). En ambos documentales, vamos a ver como un cadáver es exhumado, para ser enterrado en un nuevo lugar cerca a su familia, una tradición que se conoce en ambas culturas como “el segundo entierro”.

En el trabajo de Soto Rodríguez, Alejandrino Carupia, el chamán más importante del resguardo Indígena de Andabú en Antioquia, le pide en sueños a su esposa Teresa Bailarín, que lleve su cuerpo a otro lugar (en Lapü también vemos esa fascinante relación entre la muerte y los sueños cuando la joven Doris González Jusayú, tiene un sueño que es interpretado por su abuela y el médico ancestral de la ranchería donde vive, y que revela que la prima de Doris, fallecida hace ya varios años, le está pidiendo que exhume su cadáver para que la entierre junto con su familia en el cementerio ubicado en la Alta Guajira).

En la comunidad Andabú, existe la creencia que el espíritu de un chamán que vuelve a la vida se convierte en un “aribadá” (un ser maléfico muy similar al demonio primigenio Pazuzu de la mitología Sumeria), que estropea las cosechas, causa enfermedades y produce la muerte.  Es así que Teresa decide cumplir el deseo de su pareja y, para su sorpresa, encuentra momificado el cuerpo de su esposo.

Lapü y El segundo entierro de Alejandrino se centran tanto en la misión asignada en los sueños a dos mujeres indígenas como en el arduo viaje que hace parte de esta. Y los dos cuentan con una fotografía de ensueño y de una gran sensualidad, mismas cualidades de La tierra y la sombra y Siembra, dos de las mejores películas colombianas argumentales de todos los tiempos y que le deben mucho a la tradición del documental etnográfico de nuestro país.

Puede ser que El segundo entierro sufra por haber llegado después de Lapü, pero eso no demerita su inmensa calidad y profundidad, ya que más que ser una aproximación a una cultura ajena para muchos, es también una meditación sobre la inevitabilidad de la muerte y los misterios de la existencia humana, que en estos tiempos oscuros se hace tremendamente necesaria.   

Sobre André Didyme-Dôme 1799 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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