La película de Black Widow en solitario le da un respiro al saturado género de superhéroes y marca el regreso triunfal del universo Marvel a la gran pantalla.
Director: Cate Shortland
Scarlett Johnasson, Florence Pugh, Rachel Weisz, David Harbour, Ray Winston, O-T Fagbenle, Olga Kurylenko
La superheroína Natasha Romanoff, mejor conocida como Black Widow, se merecía desde hace tiempo su propia película en solitario, luego de siete apariciones como personaje de apoyo en las películas del universo extendido de Marvel. Creada en 1964 por Stan Lee, Don Rico y Don Heck como una espía rusa antagonista de Iron Man quien luego se convertiría en la protagonista de su propia serie en 1970, este personaje logró trascender su relativa popularidad obtenida en los cómics, gracias al talento de Scarlett Johansson, quien supo imprimirle carisma, presencia y contundencia en las películas de Marvel donde apareció.
Ahora, la directora australiana Cate Shortland (autora de las cintas independientes Somersault, Lore y Berlin Syndrome), nos presenta su cuarto largometraje protagonizado por una mujer, el cual marca el regreso triunfal del universo Marvel a la gran pantalla, antecedido por las series WandaVision, The Falcon And The Winter Soldier y Loki de Disney+, las cuales, hay que decirlo, están empezando a saturar al público amante de los superhéroes.
La película de Shortland es una divertida mezcla entre las películas de Los increíbles de Pixar (acerca de una familia disfuncional de superhéroes inspirada en Los cuatro fantásticos de Marvel) y la serie de televisión The Americans (acerca de una familia conformada por unos espías de la KGB infiltrados como ciudadanos estadounidenses). Pero también se atreve a incluir un subtexto que nos recuerda a los abusos reiterativos del productor Harvey Weinstein a un gran número de mujeres.
Sin revelar mucho sobre la trama, se puede decir que esta cinta se desarrolla luego de los eventos ocurridos en Captain America: Civil War, en un momento en el que Natasha se encontraba siendo perseguida por el General Ross (William Hurt), antes de encontrar su destino final en Avengers: Endgame. Sabremos que la también espía Yelena Belova (una magnífica Florence Pugh en actitud Jason Bourne), contactará a su “hermana” para desbaratar una conspiración que se remonta a la Guerra Fría y que tiene como eje central al poderoso General Dreykov (Ray Winston en actitud Weinstein). A su vez, Natasha y Yelena buscarán la ayuda de su “padre” Alexei Shostakov (David Harbour desquitándose de los fiascos que significaron Hellboy y Suicide Squad), quien se encuentra en una prisión rusa. Más adelante sabremos que Alexei asumía la identidad de Red Guardian, la versión rusa de Captain America (y esposo, no padre de Natasha en los cómics). Luego, los tres acudirán en busca de la “madre” Melina Vostokoff (Rachel Weisz con la actitud de Geena Davis en The Long Kiss Goodnight), una veterana espía experta en conductismo y modificación de la conducta (conocida en los cómics como Iron Maiden). Y no podemos olvidar al poderoso Taskmaster, un imparable esbirro al servicio de Dreykov, quien hará todo lo posible por detener a esta “familia” de renegados.
Aunque en Avengers: Age Of Ultron se hizo alusión a los orígenes de Black Widow como una alumna de una escuela de espías rusas conocida como la Habitación Roja (de hecho, Julie Delpy interpretó en un flashback a Madame B, la “maestra” de Natasha), esta no es una película sobre el origen de la Viuda Negra, pero si revela mucho sobre sus inicios. Y aunque desde la superficie es una entretenida cinta de acción, en el fondo es una película que nos habla sobre los rencores y conflictos inherentes a las familias y que se atreve a hablar sobre aquellos hombres machistas intoxicados con el poder que ven a las mujeres como meros objetos para utilizar a su antojo. El feminismo de Black Widow va mucho más lejos y es mucho más elocuente y coherente que el de Wonder Woman, y este es un gran punto para Marvel. ¡Excelsior!
P.D. Al parecer, esta será la última aparición de Scarlett Johansson como Black Widow, pero esto no significa que sea el final del personaje (en los cómics, varias mujeres han asumido esta identidad). ¡Ah! Y como es costumbre, no se olviden de la sorpresiva escena post-créditos.
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