La vida y la carrera de Val Kilmer, se reconstruye a partir de una gran cantidad de material de archivo filmado y grabado por el mismo actor y narrado por las voces del hijo y el padre.
Director: Ting Poo, Leo Scott
Hay actores de un gran magnetismo y está Val Kilmer. Desde su debut en el clásico de la comedia Top Secret y en la tonta, pero irresistible Real Genius, la poderosa presencia y el inmenso atractivo del actor californiano, llevaron a que la mitad de los espectadores lo amaran y la otra mitad lo envidiaran, queriendo ser como él (no por nada fue escogido para representar al espíritu de Elvis Presley en True Romance, la maravillosa película dirigida por Tony Scott).
Fue precisamente el fallecido Scott quien lanzó a la fama a Kilmer con Top Gun, donde él interpretaría a Iceman, la antítesis del heroico Maverick encarnado por Tom Cruise en la icónica cinta ochentera. En la película Sleep With Me, Quentin Tarantino expone su famosa teoría que plantea que Top Gun, más allá de ser una película bélica sobre jóvenes pilotos de aviones, es en realidad una alegoría y una celebración de la homosexualidad. A Tarantino le faltó un argumento muy importante: La belleza de sus actores masculinos, en especial la de Val Kilmer (basta con ver la escena en la que Iceman intenta morder de manera pícara a Maverick, para darnos cuenta que su carga erótica supera a cualquier momento de Brokeback Mountain o de Call Me By Your Name).
Pero, además de ser un hombre bello, Kilmer demostró ser un magnífico actor. Su interpretación de Jim Morrison en el biopic de Oliver Stone sobre la agrupación The Doors fue tan intensa, que muchos espectadores noventeros, al escuchar y ver al actor usar su cuerpo y su voz para interpretar Break On Through, inmediatamente asumieron que ese era el verdadero King Lizard y no el que aparecía en el material de archivo de finales de los sesenta que Kilmer estudió una y otra vez hasta la saciedad para encarnar al cantante (los rumores dicen que su obsesión desmedida por Morrison acabó con su matrimonio con la actriz Joanne Whalley, con quien actuaría en Willow y Kill Me Again).
Es cierto que Kilmer fue el actor consagrado de Thunderheart, Tombstone, Heat, Pollock, The Salton Sea, Wonderland, Spartan, MacGruber y Kiss Kiss Bang Bang, donde interpretó papeles tan maravillosos (o más) que su Jim Morrison de The Doors. Pero el también fue la estrella de Hollywood en Batman Forever, The Saint, At First Sight y Red Planet, cintas muy populares pero que no le hacen mérito a su talento (pocos saben que su aterciopelada voz fue usada para K.I.T.T., el auto parlante de Knight Rider, en un fallido intento por resucitar la serie en el 2009).
Pero luego sobrevino la tragedia. En medio de una gira en que interpretaba al escritor Mark Twain en una obra unipersonal para teatro llamada Citizen Twain, Kilmer se quedó sin voz. La razón de ello fue un cáncer de la laringe que dejó su voz irreconocible y que fulminó su carrera actoral, más no su vitalidad.
Es una fortuna que su hijo Jack, también actor, heredara la voz de su padre. Y es él quien narra a Val, un conmovedor documental dirigido por Ting Poo y Leo Scott, que nos muestra la vida del actor, la estrella y el ser humano.
También es una fortuna que Kilmer, adelantándose a la generación de la internet y los teléfonos celulares, haya filmado en Super-8 y grabado en vídeo una gran cantidad de material, que nos sirve para conocer a un actor que inició su carrera desde niño, haciendo películas caseras con su hermano menor Wesley (quien moriría trágicamente en un jacuzzi a los 15 años, luego de tener un ataque epiléptico). El material también nos muestra como el joven compartió escenarios con Kevin Bacon, Sean Penn, Brian Benben y Kelly McGillis, actores a los que también les esperaría la fama y cómo audicionó para papeles en Full Metal Jacket y Goodfellas, los cuales nunca consiguió; así como sus muchas bromas, jugueteos y discusiones detrás de bambalinas, mientras se filmaban sus éxitos y sus rotundos fracasos (como lo fue The Island Of Dr. Moreau).
Hay que decir que aquí Val no teme hablar con su propia voz, para reflexionar sobre el papel del actor, para hablarnos de la relación con sus padres (ambos ya fallecidos) y con sus hijos Jack y Mercedes (también actriz), de sus dificultades económicas y de su espiritualidad (los rumores dicen que el actor, quien hace parte de la Ciencia Cristiana, se negó a someterse a tratamiento luego de su diagnóstico, y que Michael Douglas, su amigo y coprotagonista en The Ghost And The Darkness, fue quien reveló su condición y, como paciente de cáncer, lo impulsó para que se sometiera a quimioterapia, algo que no se toca en este documental).
Pero pese a las omisiones, este documental llega a ser honesto, humano y reconfortante, ya que nos muestra a un hombre que reconoce tanto sus triunfos como sus derrotas, sus aciertos como sus errores y que demuestra una actitud positiva, que de vez en cuando se ve embargada de una profunda tristeza y frustración. Asimismo, Val es el testimonio de la vida de un gran actor, cuya fascinante carrera fue todo menos aburrida.
Dejar una contestacion