La única oyente de una familia conformada por personas sordas, sueña con ser cantante, en la cinta que barrió con los premios del Festival de Sundance de este año.
Dir. Sian Heder
Emilia Jones, Troy Kotsur, Eugenio Derbez, Marlee Matlin
En muy contados casos, un remake deja de ser más que una mera copia o una descarada apropiación cultural, para convertirse en una película con un gran valor en sí misma, como son los casos de las actualizaciones de The Man Who Knew Too Much de Alfred Hitchcock, Scarface de Brian De Palma, The Thing de John Carpenter, Cape Fear de Martin Scorsese, Dawn of the Dead de Zack Snyder, Ocean’s Eleven de Steven Soderbergh, True Grit de los hermanos Coen, o las versiones norteamericanas de 12 Monkeys de Terry Gilliam, The Departed de Martin Scorsese, Let Me In de Matt Reeves o Suspiria de Luca Guadagnino.
Un ejemplo reciente lo constituye Coda: Señales del corazón, la versión norteamericana de la popular cinta francesa del 2014 La familia Bélier, dirigida por Éric Lartigau, que cuenta la historia de una chica adolescente, la única oyente de una familia de sordos, quien sueña con ser cantante.
El segundo largometraje de la directora Sian Heder (luego de Tallulah para Netflix), mantiene el humor, la ternura y, en últimas, la esencia que convirtió a La familia Bélier en una cinta entrañable, conmovedora y alejada de los lugares comunes de las películas que abordan las discapacidades motoras, cognitivas y sensoriales.
Para esta versión, Emilia Jones (de la serie Locke & Key), interpreta a Ruby, la única oyente de la familia Rossi, conformada por Frank (Troy Kotsur), el rudo padre con una actitud hippie y perdidamente enamorado de Jackie (la ganadora del Óscar Marlee Matlin), una esposa despreocupada y algo egoísta; y el hijo mayor Leo (Daniel Durant). Vale la pena mencionar que Kotsur, Matlin y Durant son personas sordas en la vida real y que sus actuaciones son sobresalientes.
Además de ser sordos, el padre y el hermano de Emilia luchan por subsistir como pescadores en la zona costera de Cape Ann y la chica de diecisiete años les sirve tanto de asistente como de intérprete, labor que ha desempeñado desde que era pequeña. Las aspiraciones de Emilia toman un rumbo diferente, cuando decide participar en el coro de su escuela persiguiendo a Miles, un chico del que se siente atraída (encarnado por Ferdia Walsh-Peelo, la joven estrella que brilló en esa maravillosa cinta conocida como Sing Street).
El profesor encargado del coro es Bernardo Villalobos (Eugenio Derbez), una especie de mezcla entre el profesor Miyagi de The Karate Kid, Terence Fletcher de Whiplash y Will Shuester de Glee. Villalobos descubrirá el talento en bruto que tiene Emilia y le exigirá dar lo mejor de sí, para que pueda aspirar a una beca a la prestigiosa escuela de música de Berklee, ubicada en Boston.
Coda barrió con los premios del Festival de Sundance celebrados este año (obtuvo el premio del público, el gran premio del jurado, el premio a la mejor dirección y el premio al mejor grupo de actores). Tal vez sea algo desmedido premiar a una cinta que no llega a ser un trabajo original. Pero eso no significa que la cinta de Heder no posea unas grandes cualidades. Este es un trabajo sincero, sólido y lleno de amor.
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