Pese a su falta de cohesión, esta tragicomedia romántica francesa llega a plantear ideas muy interesantes sobre la soledad y sobre las relaciones en la Era de la internet.
Director: Éric Lartigau
Alain Chabat, Doona Bae, Vincent Nemeth, John Sehil
Stepháne Lucas (Alain Chabat) es un chef divorciado y con dos hijos mayores, que administra un restaurante heredado de su padre, en una apacible zona rural de Francia. Gracias a Instagram, Stepháne mantiene una relación virtual con una mujer llamada Soo (Doona Bae) quien vive en Corea del Sur. La soledad, la crisis de la edad madura y la fuerte atracción que siente hacia Soo, lo llevan a tomar una decisión impulsiva: Viajar a Corea y encontrar al supuesto amor de su vida.
Esta es la supuesta premisa de #TeSigo, el trabajo más reciente del director Éric Lartigau, luego del tremendo éxito de La familia Bélier, la entrañable cinta que este año obtuvo una celebrada versión estadounidense conocida como CODA: Señales del corazón.
El desarrollo orgánico y fluido del anterior trabajo de Lartigau, no se encuentra en esta tragicomedia romántica, la cual nunca llega a encontrar su ritmo, como tampoco una intención clara. En el primer acto, Stepháne organiza la boda de Ludo (Jules Sagot), su hijo mayor. En plena celebración, el padre descubre a su hijo besándose de manera clandestina con otro hombre. Al día siguiente, el confundido chef le comenta a David (Ilian Bergala), su hijo menor, sobre lo ocurrido, y para su sorpresa, este le responde que conocía de antemano la bisexualidad de su hermano, del mismo modo que la conoce su madre y su nueva esposa. Esta interesante situación familiar, como muchas otras de la película, nunca llegan a desarrollarse.
Stepháne utiliza el dinero obtenido de un valioso cuadro perteneciente a su padre, para viajar a Corea y encontrarse con Soo. La mujer le promete esperarlo en el aeropuerto, pero eso nunca sucede. Y como si se tratara de La Terminal, la película de Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, donde un hombre termina viviendo en un aeropuerto, Stepháne hace lo mismo, esperando por once días al “amor de su vida” que nunca llegará.
El amante francés se hace amigo de varias personas en el aeropuerto y les cuenta sobre su misión. Asimismo, se toma cientos de fotos para avisarle a Soo que está esperándola y las publica en Instagram. Ella no le responde, pero las fotos y los comentarios, convierten a Stepháne en un fenómeno internacional de las redes sociales. Esta relación romántica fallida en la era de la internet, la cual debería ser el eje central de la cinta, tampoco se explora como debería ser.
El tercer acto nos muestra el decepcionante encuentro entre Stepháne y Soo y luego a los preocupados Ludo y David buscando a su padre en Corea. Los tres se encuentran y tratan de mejorar su relación (la bisexualidad de Ludo que tanto le preocupaba a su padre jamás se vuelve a discutir). Aunque los momentos en que el padre comparte con sus hijos en Seúl son delicados y conmovedores, lo cierto es que los espectadores sentimos que no estamos viendo la misma película que Lartigau nos había planteado inicialmente.
#TeSigo es una película que se siente extraviada (¿sobre qué trata realmente?) y está plagada de incoherencias (¿Por qué el padre corre tras el hijo cuando bien lo puede llamar por el teléfono celular que tanto utiliza? ¿Por qué Stepháne en vez de quedarse once días en un aeropuerto, no fue al día siguiente al edificio donde trabaja Soo como finalmente lo hizo?). Sin embargo, el enorme carisma proyectado del actor Alain Chabat y la idea de que cuando se viaja a un país extranjero podemos hacer a un lado nuestras rutinas y despertar a la vida, hacen que el viaje valga la pena.
Dejar una contestacion