Penélope Cruz vuelve a brillar bajo la dirección de Almodóvar, en una de las películas más femeninas en la carrera del gran director español.
Director: Pedro Almodóvar
Penélope Cruz, Aitana Sánchez-Gijón, Rossy de Palma, Israel Elejalde, Milena Smit
Aunque Pedro Almodóvar, uno de los más grandes directores del cine español y del cine mundial, posee un estilo propio y original, no está exento de influencias.
Sus comedias, como Mujeres al borde de un ataque de nervios o Los amantes pasajeros, son herederas de las farsas irreverentes de Billy Wilder y Preston Sturges, así como de las comedias románticas de enredos protagonizadas por Doris Day y Rock Hudson. Por otra parte, sus melodramas son herederos de las telenovelas latinoamericanas y de las películas de Douglas Sirk (cuyo actor fetiche también era Hudson).
A este último grupo pertenece Madres paralelas, su nueva película que se presenta en salas de cine por unos pocos días, para luego pasar a Netflix. Obedeciendo a la denuncia sociopolítica del documental El silencio de otros de Almudena Carracedo y Robert Bahar (producido por el mismo Almodóvar y por su hermano Agustín), acerca de los cientos de desapariciones realizadas por los falangistas en la guerra civil española, Madres paralelas es protagonizada por Janis (Penélope Cruz, como siempre, brillando bajo la dirección de Almodóvar), una mujer cuyo bisabuelo fue asesinado en esa cruenta época de la historia española.
Esta fotógrafa madrileña, busca la ayuda del antropólogo Arturo (Israel Elejalde), para que la ayude a exhumar el cadáver de su bisabuelo y de los demás hombres asesinados en su pueblo de origen. Arturo la asiste en su misión y los dos terminan manteniendo una relación de tipo sexual, pese a que el antropólogo está casado con una mujer que padece de cáncer.
Janis queda embarazada y da a luz a su hija sin ayuda del padre. En la clínica, conoce a Ana (Milena Smit) una chica adolescente que también está a punto de dar a luz y quien es hija de Teresa (Aitana Sánchez-Gijón), una actriz de teatro. El detonante de este melodrama radica en que las hijas de Janis y de Ana son intercambiadas en el hospital y, tiempo después, la fotógrafa va a descubrir que la niña que está criando no es la suya.
Esta premisa que llevaba años rondando en la cabeza de Almodóvar, es usada por el director para hablar sobre la herencia y la reparación histórica colectiva, pero también sobre los vínculos que determinan nuestras relaciones, sobre los secretos que ocultamos a las personas que amamos y sobre el poder liberador de la verdad.
Como es costumbre con las películas de Almodóvar, aquí vamos a encontrar de nuevo a unos personajes femeninos fuertes (en este caso, tres madres imperfectas que tienen que lidiar con sus propios dilemas morales). Pero es esa amalgama entre lo personal, lo psicológico y lo político, lo que hace de Madres paralelas un trabajo bello e interesante.
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