Una joven encuentra a su familia perdida y recibe más de lo que esperaba.
Directora: Jessica M. Thompson
Nathalie Emmanuel, Thomas Doherty, Sean Pertwee, Stephanie Corneliussen, Alana Boden
En 1960 se estrenó Las novias de Drácula, una cinta británica dirigida por el gran Terence Fisher. En su época de estreno fue destrozada por la crítica, pero hoy se le reconoce como un trabajo colorido, con una atmósfera inquietante y decadente y como una de las mejores cintas, tanto de los legendarios estudios Hammer, como de su director, todo un maestro del terror.
Invitación al infierno no es un remake de Las novias de Drácula, pero tal vez hubiera sido mejor que lo fuera. Su protagonista es Evelyn (Nathalie Emmanuel de Juego de tronos), una joven humilde que perdió a sus padres y quien, gracias a una aplicación y a una prueba de ADN, incursiona en la tarea de buscar a algún familiar perdido.
La investigación llega a ser fructífera, ya que un jovial y adinerado primo segundo llamado Oliver (Hugh Skinner), se contacta con ella y la invita a viajar a Inglaterra para que asista a una boda y para conocer al resto de su familia perdida.
Evelyn llega a la gran mansión y conoce a varios de sus excéntricos familiares y al Sr. Fields, el mayordomo (Jon Pertwee tan flemático y siniestro como siempre). Pero quien más le llama la atención es Walter (Thomas Doherty), el joven y atractivo dueño de la mansión. ¿Walter es su primo? ¡Al diablo con el incesto!
Evelyn se siente muy atraída por el joven de ojos azules y sonrisa encantadora y Walter también le corresponde en afectos. Al parecer, Evelyn ha encontrado a una familia que la quiere, al posible amor de su vida y, al parecer, mucho dinero. Pero la pobre imitación de Crepúsculo pronto se convierte en una pobre imitación de Get Out, cuando Evelyn se da cuenta de que Walter es el mismísimo Conde Drácula, sus primas (Stephanie Corneliussen y Alana Boden) son sus concubinas, el Sr. Fields posiblemente es Reinfeld y los demás familiares parecen ser miembros del club de Ojos bien cerrados (como el tráiler ya nos lo había revelado con anterioridad).
El diseño de vestuario y la dirección de arte de Invitación al infierno son los dos únicos aspectos que se destacan de esta cinta de terror que solo llega a asustar en una escalofriante sesión de manicura. Los dos actos tremendamente soporíferos, desencadenan en un ridículo clímax que nos recuerda a esa infame cinta de acción protagonizada por Hugh Jackman y conocida como Van Helsing. La directora Jessica M. Thompson (The Light Of The Moon) nunca llega a decidirse por el terror o la comedia (o por ambos) y el resultado es una cinta ridícula y mediocre. Esta es una invitación que es mejor rechazar.
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