Alis (2023)

Varias niñas abandonadas sueñan con una compañera imaginaria, a partir de sus propias vivencias.

Directores: Nicolas van Hemelryck, Clare Weiskopf

Hace siete años, los documentalistas colombianos Nicolas van Hemelryck (de ascendencia belga) y Clare Weiskopf (de ascendencia irlandesa), nos tocaron el corazón con Amazona, obra tremendamente personal acerca de Valerie Meikle, una mujer que luego de la muerte de su hija mayor, abandonó a su familia para internarse en la selva. Vale la pena mencionar que Valerie era la madre de Clare y que Nicolas y Clare son pareja.  

Siguiendo las líneas temáticas relacionadas con la búsqueda de identidad, el abandono, la soledad y el universo de lo femenino, Clare y Nicolas ahora nos entregan otro trabajo extremadamente conmovedor y de una gran belleza, la cual radica en la simplicidad de su premisa.  

Varias chicas adolescentes, que viven en La Arcadia, un internado público en la ciudad de Bogotá, luego de experimentar el abandono de sus padres y la dura vida en las calles, se ponen frente a la cámara y nos cuentan sobre Alis, una de sus compañeritas. Pero más allá del nombre aportado por Clare, Alis no existe, es tan solo un constructo de su imaginación.

Como si se tratara de un test psicológico proyectivo o una sesión de psicoanálisis infantil kleiniano, las chicas van a construir a Alis a partir de sus propias vivencias y experiencias, y gracias a esta chica imaginada, los espectadores llegaremos a conocer a un grupo de niñas perdidas quienes conjurarán y terminarán creyendo en Alis, como si se tratara de una especie de hermana de Peter Pan.

El mundo adolescente femenino es todavía un territorio tremendamente virgen en el mundo del cine, especialmente en el campo del documental. Filmado durante un período de cinco años, Alis explora de una manera honesta y cándida diversos temas como lo son la identidad de género, la sexualidad, el primer amor, la música, el consumo de drogas, la necesidad de una figura parental, los miedos, los traumas y la soledad inherentes a un grupo de jóvenes que utilizan a una compañera imaginada como vehículo.

Aunque al principio veremos su timidez y precaución (en un momento una de ellas dice “¿me puedo reír?” y luego otra de las chicas pregunta “¿puedo hablar ñero?”), gradualmente ellas van a olvidarse de que tienen una cámara al frente, y esta logrará a captar la esencia de todas y cada una de ellas. La película de Nicolas y Clare constituye todo un milagro, ya que al final vamos a ser testigos de cómo un personaje imaginado se convierte en realidad.

Sobre André Didyme-Dôme 1780 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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