Heojil Kyolshim (Decision To Leave) (La decisión de partir) (2022)

El director de Oldboy y La Doncella deja a un lado su espíritu transgresor, para zambullirse en un thriller romántico de corte neo-noir, con todo y mujer fatal.

Director: Park Chan-Wook

Park Hae-il, Tang Wei, Lee Jung-hyun

Sin lugar a dudas, Park Chan-Wook es uno de los más importantes directores en la historia del cine coreano por encima de grandes autores como Bong Joon-Hoo (Parásito), Hong Sang-Soo (La novelista y su película), Kim Ji-Woon (Historia de dos hermanas) o el fallecido Kim Ki-Duk (Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera).  

La profundidad y complejidad psicológica, ética y moral de sus filmografía, así como la meticulosidad y belleza formal de la misma, lo ha llevado a entregar unas verdaderas obras maestras como lo son Área común de seguridad, Sed de sangre, Lazos perversos, ese clásico del cine erótico conocido como La doncella y, muy especialmente, su trilogía de la venganza conformada por El nombre de la venganza, Oldboy y La dama de la venganza.

Además del interés personal por la retaliación, otro de los temas constantes en la filmografía de Park Chan-Wook gira en torno al amor obsesivo y apasionado, ese que va más allá de lo social y moralmente aceptado. Asimismo, el antagonismo cultural, como el de las dos Coreas, que se hace evidente en Área común de seguridad, o el de Japón y Corea, que se explora en La doncella, vuelve a retomarse en La decisión de partir, su más reciente trabajo.

En esta cinta de corte neo-noir, Hae-jun (Park Hae-il), un inspector de policía coreano eficiente, honesto y de personalidad obsesiva, investiga a Seo-Rae (la estupenda Tang Wei), una atractiva y enigmática viuda de origen chino, sospechosa de ser la autora de la muerte de su esposo. Siguiendo los cánones de la estructura narrativa del género, el policía se enamora perdidamente de la mujer fatal, poniendo en aprietos su matrimonio con Jung-an (Lee Jung-hyun), la comprensiva esposa que trabaja en una planta nuclear, y comprometiendo su trabajo policíaco, debido a una falta de objetividad causada por sus sentimientos.

El maravilloso manejo visual característico del cine de Park Chan-Wook no está para nada ausente en La decisión de partir, cortesía esta vez de Kim Ji-Yong, el fotógrafo de cintas como Okja de Bong Joon-Ho y Swing Kids de Kang hyeong-Cheol. Sin embargo, las complejas elucubraciones existenciales y psicoanalíticas que encontramos en Oldboy o La doncella brillan por su ausencia, quedándonos con un producto muy cercano a esos mediocres thrillers eróticos noventeros provenientes de Norteamérica como El color de la noche, Deseo y decepción o El cuerpo del delito.

Curiosamente, esta es una de las películas menos explícitas de un director conocido por sus escenas violentas, sexuales y transgresoras. Lo realmente perturbador en La decisión de partir es que se siente como una cinta extremadamente tradicional y eso es algo totalmente inesperado en el cine de un autor como Park Chan-Wook. Tampoco ayuda un tercer acto prácticamente innecesario, que transcurre trece meses después de la investigación inicial, y donde el policía y la sospechosa vuelven a cruzar sus caminos, degenerando toda la historia en un caos inverosímil y sin sentido.

Uno de los puntos débiles de Park Chan-Wook está en la excesiva truculencia de sus tramas, y ese defecto se hace más que evidente aquí. Pero lo que más lastima a este lunar en la filmografía de un maestro, está en los obvios referentes al cine de Alfred Hitchcock (La ventana indiscreta), Hiroshi Teshigahara (La mujer en la arena) o Wong Kar-Wai (Chungking Express), que hacen ver a uno de los autores más originales de los últimos treinta años, como otro más de esos directores mediocres incapaces de crear y que deben recurrir inevitablemente al pastiche.

Sobre André Didyme-Dôme 1780 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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