La grata experiencia que millones de video jugadores hemos tenido, se reproduce con fidelidad en esta versión animada.
Directores: Aaron Horvath, Michael Jelenic, Pierre Leduc, Fabien Polack
Con las voces de Chris Pratt, Anya Taylor-Joy, Jack Black, Charlie Day, Keegan-Michael Kay, Seth Rogen
Una de las características comunes de los videojuegos consiste en tener una segunda oportunidad para redimirse luego de la derrota. Hace treinta años, se estrenaba Super Mario Bros., la primera adaptación de un videojuego en la historia del cine. El resultado fue un rotundo desastre en todo sentido, pese a un nutrido grupo de actores (Bob Hoskins, John Leguizamo, Dennis Hopper, Samantha Mathis) y a una banda sonora conformada por Megadeth, Queen y Joe Satriani.
Esta cinta, alejada del espíritu alegre y colorido del popular videojuego creado por Shigeru Miyamoto en 1985, inició la larga tradición de adaptaciones deplorables como lo fueron Double Dragon, Street Fighter, Wing Commander, House of the Dead, Doom o la horrible e interminable saga de Resident Evil. Todo parecía perdido y sin esperanza para los videojuegos en el cine y la televisión… hasta que llegó la serie The Last of Us para cambiarlo todo.
Lo que parecía una tarea tan imposible como pasar el nivel del infierno de Mario, fue superada con maestría por los productores y guionistas Craig Mazin y Neil Druckmann, quienes entendieron que si se va a adaptar un videojuego no se debe alejar de la experiencia particular lograda por el mismo, sino que, por el contrario, esta se debe enaltecer. Asimismo, se deben desarrollar los personajes para lograr un equilibrio entre la narración, el conflicto y la acción.
Ahora bien, jugar Super Mario Bros. es una experiencia abismalmente diferente a jugar The Last of Us. Haber intentado imitar a la exitosa serie, como si se tratara de una fórmula, hubiera constituido un grave error que hubiera terminado en una cinta más lúgubre que la versión del 93. Por el contrario, el guionista Matthew Fogel (Minions, Lego Movie 2) y el equipo de cuatro directores conformado por Aaron Horvath y Michael Jelenic (las personas detrás de las divertidas series animadas Batman: The Brave and the Bold y Teen Titans Go!), junto a Pierre Leduc y Fabien Polack (las personas detrás de las exitosas sagas de Mi villano favorito y Sing para los estudios Illumination), tomaron el rumbo de Angry Birds (la mejor adaptación para cine de un videojuego hasta la fecha) y lograron llegar a un nuevo nivel. Esto bien podría llamarse “adaptaciones de videojuegos 2.0”.
Si algo tienen en común Angry Birds y Super Mario Bros. es la simpleza y el surrealismo de sus premisas (la primera tiene que ver con unos pájaros iracundos que atacan unas fortificaciones hechas por unos marranos estúpidos; la segunda con dos plomeros hermanos de origen italiano que ingresan a una serie de mundos lisérgicos, buscando rescatar a una princesa secuestrada por una tortuga maligna). Las dos cintas logran triunfar gracias a que acogen sin protestar ese sentido del absurdo y lo hacen con gracia, color, buena música y mucha diversión.
Chris Pratt y Charlie Day les brindan las voces y la caracterización a los hermanos Mario Mario y Luigi Mario, respectivamente. Y nos introducen a sus personajes con el inolvidable rap que hizo parte de la serie animada de finales de los años ochenta The Super Mario Bros. Super Show, que incluía al fallecido luchador el Capitán Lou Albano. Esto marca una serie de numerosos referentes, tanto a los videojuegos asociados con los personajes creados por Miyamoto (Donkey Kong, Mario Bros., Super Mario, Mario Kart, Paper Mario, Mario Party), como a las fallidas adaptaciones previas y a otros videojuegos de Nintendo (Punch Out, Duck Hunt, F-Zero, Kid Icarus, Star Fox).
En esta cinta sentiremos el aprecio y amor que los hermanos plomeros se tienen el uno al otro, conoceremos la razón por la cual el villano Bowser (Jack Black), el rey de los Koopa, hace lo que hace (su amor tóxico es extremadamente gracioso), y la princesa Peach (Anya Taylor-Joy), aquí dejará de ser una damisela en peligro algo odiosa, para convertirse en una princesa guerrera mucho más cercana a Xena que a la princesa original del videojuego (¡Gracias a Dios y al feminismo!).
Los personajes secundarios se logran robar nuestros corazones, especialmente el valiente honguito Toad (Keegan-Michael Kay); el tremebundo Donkey Kong (Seth Rogen), el príncipe del Reino de la Selva e hijo de Cranky Kong (Fred Armisen); y Lumalee (Juliet Jelenic), una gotita de luz con un serio cuadro clínico de depresión.
Pero es la extrema cercanía con la encantadora experiencia de los videojuegos lo que hace de Super Mario Bros. La Película todo un triunfo. El color, la música, la atención al detalle, el sentido de lo absurdo y la obsesión por correr, brincar y esquivar, es lo que hace que esta cinta sea algo mucho más humano y divertido, que los pesados Na’vi de Avatar.
Lo siento Angry Birds, el trono ya no es de ustedes. Mario ha saltado con gracia sobre el banderín y lo ha hecho de la mejor manera posible. Hasta el momento, Super Mario Bros. La Película, es la mejor adaptación cinematográfica de un videojuego.
P.D. Si se preguntaban por la ausencia de un notable personaje en el universo de Mario, hay una escena post créditos que resolverá sus inquietudes.
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