Dos hermanas se van a bucear y una de ellas queda atrapada en un aroca, en otra película de suspenso minimalista.
Director: Maximilian Erlenwein
Louisa Krause, Sophie Lowe
Las películas minimalistas de suspenso (una o dos personas atrapadas en una situación de extremo peligro) ya constituyen todo un subgénero Dentro de este tipo de cintas encontramos a las excelentes 127 horas de Danny Boyle, en la que el brazo de James Franco queda atrapado en una roca mientras hace senderismo; y Mar abierto de Chris Kentis, en donde una pareja queda abandonada en el océano después de que su grupo de buceo los dejara atrás luego de una inmersión en aguas abiertas del Caribe. La tríada se completa con la joya All Is Lost de J.C. Chandor, centrada en un marinero solitario interpretado por Robert Redford (conocido simplemente como “nuestro hombre” en los créditos), quien se encuentra en una lucha desesperada por sobrevivir después de que su velero colisiona con un contenedor de carga a la deriva en medio del océano Índico.
Otras cintas efectivas de este tipo son Miedo profundo de Jaume Collet-Serra, en la que Blake Lively queda atrapada en aguas frente a una playa desierta, luchando por sobrevivir mientras es acechada por un tiburón; A 47 metros de Johannes Roberts, en la que dos hermanas, interpretadas por Mandy Moore y Claire Holt, se encuentran atrapadas en una jaula de buceo en el fondo del océano, cuando una actividad de observación de tiburones sale terriblemente mal; Infierno en la tormenta de Alexander Aja, en la que una joven (Kaya Scodelario) va en busca de su padre en medio de una amenaza de huracán, y encuentra la casa invadida por cocodrilos sedientos de sangre; o Vértigo (no confundir con la obra maestra de Hitchcock), en la que dos mujeres (Grace Caroline Currey y Virginia Gardner) deciden escalar una antena de televisión de más de 600 metros de altura y quedan atrapadas en la cima, cuando la escalera se desprende de forma inesperada.
Y ya que hablamos de Hitchcock, este llegaría a realizar dos cintas minimalistas de suspenso, las cuales son Rope, en torno a dos jóvenes universitarios, Brandon Shaw (John Dall) y Phillip Morgan (Farley Granger), quienes estrangulan a un compañero de clase en su apartamento; y Lifeboat, mucho más cercana a los anteriores títulos mencionados, que nos muestra a un grupo de sobrevivientes, que incluyen a unos pasajeros y miembros de la tripulación, que se encuentran flotando en un bote salvavidas en medio del océano, luego de que el barco mercante en el que estaban, es hundido por un submarino alemán.
Sin aire es un vestigio de las películas que se filmaron en pandemia (este género fue tremendamente apropiado para la época, ya que incluye pocos personajes y una sola locación), y la situación que se plantea es la siguiente: Dos hermanas, hijas de un buceador, se alejan del mundanal ruido para llevar a cabo una inmersión en la costa de Malta. Ocurre un derrumbe y una de ellas queda, como James Franco, con una extremidad atrapada en una roca a unos 30 metros bajo el nivel del mar. Lo que sigue es una carrera contrarreloj, hábilmente construida por el director Maximilian Erlenwein y el co escritor Joachim Hedén, en la que la otra mujer intenta salvar la vida de su hermana, y eso incluye muchas calamidades a lo Robert Redford en All is lost, que obstaculizan la liberación de la buceadora.
Sophie Lowe y Louisa Krause interpretan a las hermanas Drew y May, que salen en un auto para bucear solas (¡eso no se hace!). Como es costumbre, existe un conflicto no expresado entre las dos, aunque no es tan fuerte como el que se genera al interior del grupo de mujeres escaladoras en esas maravillosas cintas de terror espeleológico conocidas como The Descent 1 & 2https://www.youtube.com/watch?v=-ET78z023aA.
May (Krause), la hermana mayor en apariencia fuerte, ingeniosa, calmada y responsable, es quien queda atrapada en la roca con tan solo 22 minutos de aire y envía a su hermana menor Drew (Lowe), de naturaleza alegre, torpe y despreocupada (es imposible no pensar en Pinky y Cerebro), a la superficie para conseguir uno de los tanques de repuesto. Es así que la película consiste en Drew saliendo y bajando del mar, tratando de salvar a su hermana, con el grave peligro de la despresurización. Aplausos a la banda sonora, a cargo de Volker Bertelman (Sin novedad en el frente) y Raffael Seyfried (Adrift), que logra generar una atmósfera de genuina tensión. Pero la utilización del recalcitrante e insoportable tema Only You de The Platters, llega a ser algo desafortunado (recurrir a la famosa canción de Maná hubiera sido mucho mejor).
En la superficie, hay algunas escenas muy efectivas, especialmente cuando Drew tiene dos minutos para llevar el tanque de buceo de repuesto a May y al mismo tiempo ve un barco cercano, o cuando ella intenta abrir el baúl de su auto sin las llaves (quedaron atrapadas en el derrumbe) para extraer el gato hidráulico y al final encuentra con que no lo hay. Estos momentos se diluyen cuando se cede al innecesario conflicto personal y a los flashbacks con el padre (como sucede en las mencionadas Vértigo y A 47 metros), de ahí y de una resolución más que predecible, surge la sensación de insatisfacción, como sucedió con la olvidada y decepcionante película de inmersión submarina producida por James Cameron y conocida como Sanctum.
Sin aire es una cinta corta que llega a envolver y a crispar los nervios, y es estupenda para matar el tiempo. Pero si lo que se quiere es una verdadera generación de adrenalina, les sugiero acudir a la tríada de Boyle, Kentis y Chandor. No se defraudarán.
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