Lisa Frankenstein es un homenaje al cine ochentero, pero no logra revivir su esencia completamente.
Directora: Zelda Williams
Kathryn Newton, Cole Sprouse, Henry Eikenberry, Liza Soberano, Carla Gugino
Diablo Cody, la guionista de las maravillosas Juno, Young Adult, Rikki And The Flash y Tully, regresa al cine con Lisa Frankenstein, una cinta que, lejos de reinterpretar el mito clásico de Mary Shelley, rinde homenaje a un rincón más olvidado del cine ochentero. Con referencias evidentes a películas como Making Mr. Right, Deadly Friend y Heathers como al cine de los estudios Troma, la película captura ese tono camp y absurdo, lo que puede resultar desconcertante para quienes no están familiarizados con esas obras. Si no se comprende este tributo, el filme podría parecer disparatado y carente de lógica, una serie de decisiones narrativas peculiares sin cohesión aparente.
Esta situación recuerda a Jennifer’s Body, el trabajo más afín de Cody con este, y protagonizado por Megan Fox, que fue subestimado en su estreno. Aquella sátira feminista, disfrazada de comedia de terror, fue malentendida como superficial y torpe. Con el tiempo, ha sido reconocida como una pieza ingeniosa y con un mensaje profundo, lo que plantea la posibilidad de que Lisa Frankenstein sufra un destino similar: la incomprensión inicial seguida de una reivindicación tardía. Ojalá suceda lo mismo con Warm Bodies, esa adorable comedia romántica juvenil con zombies, que aunque no fue escrita por Cody, conecta en espíritu con Lisa Frankenstein.
La trama sigue a Lisa (Kathryn Newton a quien veremos en el sorprendente remake de La hija de Drácula conocido como Abigail), una adolescente marginada en los años 80 con una predilección por los cementerios y un pasado traumático. Tras un accidente fortuito, revive a un cadáver (Cole Sprouse, mejor conocido como Cody en la serie de Disney The Suite Life of Zack & Cody o Jughead en la versión seria de Archie conocida como Riverdale), desatando una serie de eventos absurdos mientras intenta encubrir su secreto y mantener su vida en equilibrio. Newton, aunque carismática, no logra explotar completamente la mezcla de humor y horror que la película demanda. Su interpretación palidece frente a una Liza Soberano perfectamente adaptada al tono ochentero y una Carla Gugino deliciosamente malvada como la madrastra de Lisa.
La dirección de Zelda Williams, la hija del fallecido Robin Williams, muestra una admiración evidente por el cine de Tim Burton, con elementos góticos y secuencias surrealistas, pero carece de la cohesión que distingue las mejores obras del director como Beetlejuice, Edward Scissorhards y, por supuesto, Frankenweenie. El guion de Cody tiene destellos de su característico ingenio, pero el homenaje al cine de antaño a veces parece una limitación en lugar de un trampolín hacia algo más fresco.
Aunque Lisa Frankenstein tiene momentos entretenidos y una estética cuidadosamente diseñada, la película se siente atrapada entre dos públicos: los adolescentes que buscan un espectáculo gótico ligero con algo de gore y los adultos nostálgicos que reconocerán sus inspiraciones. Es un trabajo que, como el Frankenstein en su centro, tiene destellos de vida, pero lucha por mantenerse de pie.
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