Back To Black (2024)

El biopic de Amy Winehouse es hecho con amor, pero se siente vacío y poco arriesgado. 

Dirección: Sam Taylor-Johnson

Marisa Abela, Jack O’Connell, Leslie Manville, Eddie Marsan

¿Es una buena película la cinta argumental basada en la vida de Amy Winehouse? Si usted es de los que considera a Bohemian Rhapsody y a One Love como obras maestras, lo afirmará sin duda. Pero aquellos que buscamos unas películas biográficas sobre músicos mucho más arriesgadas, libres, experimentales y centradas en los procesos artísticos (Elvis, Control, I’m Not Here, Sid and Nancy, Rocketman), nos sentiremos algo decepcionados. Ahora, siendo objetivos, Back To Black es mejor que los biopics sobre Freddie Mercury y Bob Marley, pero definitivamente es inferior al gran documental de Asif Kapadia y no constituye una obra maestra del género, sino más bien una señal de su rápida saturación. 

Los biopics son un reto colosal para los actores y les permite brillar si las cosas se hacen bien. Curiosamente, pese a todos sus defectos, la actriz Marisa Abela (de las series británicas Cobra e Industry) se luce aquí emulando la voz, los gestos, las miradas y la actitud de la cantante, y es lo mejor de una cinta que tiende más hacia el territorio de Hallmark y VH1 que al de un verdadero cine. Es algo extraño, ya que su directora es Sam Taylor-Johnson, la esposa del actor Aaron Taylor-Johnson y la autora de Nowhere Boy, la hermosa tacita de té que nos contaba sobre los inicios de John Lennon (Taylor-Johnson) en la banda The Quarrymen, antes de conformar con Paul McCartney a los Beatles (esta es una excelente pieza de compañía para Backeat, esa estupenda cinta de Iain Softley sobre los inicios del cuarteto en los bares de Hamburgo y Liverpool). Más extraño aún es que el guion de Back To Black haya sido escrito por Matt Greenhalgh, quien escribió Nowhere Boy, pero también Control, esa obra maestra de Anton Corbijn sobre la trágica vida del líder de Joy Division. 

Hay que decir que la dinámica creada para la cinta entre Winehouse y su pareja Blake Fielder-Civil (un estupendo Jack O’Connell de This is England) se logra retratar de una manera rebelde, sensual y disfuncional (aquí se entiende por qué se Amy enamoró de ese carismático bribón), pero extraña que las relaciones de Winehouse con el aún más tóxico Pete Doherty de la banda The Libertines y con el cantante Alex Clare se hayan omitido, para darle prioridad a Fielder-Civil. Lo mismo pasa con Janis (Juliet Cowan), la madre de Winehouse, que no pasa de ser una pieza de adorno, para enfocarse en Cynthia (una siempre estupenda Leslie Manville), la tía cantante de Amy, y en Mitch (un sólido Eddie Marsan), el padre taxista y luego mánager de la cantante.    

Si usted estaba esperando una historia sórdida y decadente con altos consumos de drogas duras y autodestrucción progresiva, se va a encontrar con que, de una manera sensible y humana, la directora y su guionista decidieron omitir todos esos detalles aptos para morbosos. Back To Black es una celebración del talento de una cantante que emulando el mito de Ícaro, se quemó las alas antes de ascender a la cima del estrellato (como la Rose de Bette Midler inspirada en Janis Joplin, de la maravillosa cinta de Mark Rydell). Pero  la cinta, poco arriesgada y poco libre, nos deja con una inevitable sensación de vacío, así como un Déjà-Vú insistente que nos dice “esto ya lo hemos visto antes”.  

Sobre André Didyme-Dôme 1649 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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