Jung Kook: I Am Still (2024)

Más que un documental musical sobre un ídolo del K-Pop este es un viaje íntimo al alma de un joven artista en plena evolución.

Dirección: Jun-Soo Park

El más reciente documental de HYBE nos sumerge en el fascinante viaje del vocalista principal de BTS, Jung Kook, en su transición de miembro de la banda más grande del K-pop a solista. I Am Still no solo es un deleite visual para los fanáticos (conocidos como The Army), sino también un testimonio de la incansable dedicación de Jung Kook a su oficio. 

La película se centra en el proceso de creación de su primer álbum en solitario, Golden, y en la grabación de tres de sus principales sencillos, que son de lo mejor que cualquier miembro de BTS haya publicado como solista (tal vez con la excepción de Arson y On The Street de J-Hope). Cada uno de los temas representa un paso en la evolución artística de Jung Kook, desde el pegajoso y sensual R&B influenciado en Craig David de Seven, hasta el pop juguetón Timberlekeano de 3D, y finalmente la sofisticación sonora de la pieza retro Standing Next to You

El viaje comienza con la grabación de Seven, una colaboración con el productor estadounidense Andrew Watt y la rapera Latto. A través de la película, se nos permite ver las inseguridades que acompañaron la grabación de este tema. A pesar de su éxito global como miembro de BTS, Jung Kook revela que tenía miedo de no estar a la altura de las expectativas. Este perfeccionismo autoimpuesto se ve reflejado en escenas donde él mismo se critica duramente después de cada toma, buscando siempre mejorar. 3D, una colaboración con Jack Harlow que nos recuerda la música de *NSYNC, sigue este patrón en búsqueda de la excelencia. El documental muestra a Jung Kook interactuando con los productores y afinando los detalles más pequeños para asegurar que el sencillo no solo suene bien, sino que capture el espíritu lúdico que quería transmitir. Finalmente, Standing Next to You, la mejor de las tres, es presentada como la culminación de todo su esfuerzo y dedicación. 

La cinta dirigida por Park Jun Soo intenta revelar la evolución de un artista que, aunque ya ha alcanzado el estrellato global, sigue obsesionado con alcanzar la perfección en cada aspecto de su trabajo. Uno de los temas más interesantes que explora el documental es la ética de trabajo de Jung Kook y su constante deseo de superarse a sí mismo, algo que recuerda fuertemente a una de sus mayores influencias: Michael Jackson (quien, curiosamente, solo es nombrado de una manera anecdótica e indirecta en la cinta). Desde los primeros minutos de I Am Still, podemos ver a Jung Kook lidiando con la presión de cumplir con las expectativas que lo rodean, especialmente cuando está trabajando con sus productores estadounidenses. 

Durante la creación de los sencillos, Jung Kook confiesa estar «preocupado y nervioso», temiendo decepcionar al equipo de producción. Esto refleja no solo su alto nivel de autoexigencia, sino también una marcada humildad que contrasta con su estatus de estrella global. Al igual que Jackson, Jung Kook es el menor de una Boy Band y es un cantante y bailarín que se exige constantemente a sí mismo para dar lo mejor, buscando una perfección casi inalcanzable en cada nota y cada movimiento.

La influencia de Michael Jackson no solo se manifiesta en la forma en que aborda su música, sino también en su presencia en el escenario. En momentos clave del documental, como la grabación del video musical de Standing Next to You, es más que evidente la inspiración de Jackson en la coreografía y la estética visual (no es gratuito que exista una versión del tema junto a Usher, otro discípulo de Jackson). Los movimientos precisos y cargados de energía, así como el magnetismo con el que Jung Kook llena cada escenario, recuerdan inevitablemente al Rey del Pop, pero también a Justin Timberlake, el miembro de la ya mencionada *NSYNC y tremendamente influenciado por Jackson, que logró evolucionar para convertirse en un artista Pop maduro e independiente. 

Otro de los aspectos interesantes del documental es la manera en que retrata la dualidad de Jung Kook, así no se haya hecho intencionalmente. Por un lado, tenemos al artista que trabaja incansablemente, quien, según los testimonios de sus productores, es un perfeccionista obsesionado con cada detalle. «Es un genio natural», comenta Pdogg, destacando su capacidad para hacer suyo cualquier tema y adaptarse rápidamente a las demandas de cada canción. Esta faceta de Jung Kook muestra su disciplina y compromiso, con escenas que lo muestran practicando sin descanso, a menudo sin quejarse, incluso cuando está enfermo o agotado.

Por otro lado, el documental también refleja la percepción pública de Jung Kook como un símbolo sexual. Las portadas de los sencillos, sus videos musicales y las sesiones de fotos proyectan una imagen de sensualidad y atractivo físico que ha sido explotada tanto por la industria del K-pop como por el marketing occidental (léase Calvin Klein). Este contraste es evidente cuando se superponen escenas de Jung Kook en su habitación de hotel, desayunando de manera casual o cantando en el coche, con las imágenes estilizadas de las fotografías publicitarias y sus actuaciones en los videos musicales.

Este dualismo entre el joven trabajador que busca la perfección y el icono sexual que domina las portadas de revistas plantea preguntas interesantes sobre cómo la imagen pública y la autoimagen de Jung Kook interactúan. Mientras él mismo se describe como alguien que está «ocultando lo que le falta», el público y los productores lo ven como una figura casi perfecta, alguien capaz de dominar tanto el escenario como los corazones de millones de fanáticos en todo el mundo.

I Am Still también toca un tema clave para Jung Kook y para los jóvenes de la generación Z que lo idolatran: La necesidad de validación externa. Vemos al cantante monitoreando constantemente las redes sociales después de sus presentaciones, buscando la aprobación de sus seguidores. «Veré si lo hice bien a través de las reacciones», dice en una escena después de su actuación en el Global Citizen Festival, mientras revisa los comentarios del Army en su teléfono. Esta obsesión por saber cómo el público percibe su trabajo destaca una faceta vulnerable del artista, que aún busca, a pesar de su éxito, ser aceptado y admirado.

Este aspecto falible y humano refuerza la idea de que, aunque Jung Kook ha alcanzado una popularidad inimaginable como miembro de BTS y ahora como solista (fue el primer solista de K-Pop en alcanzar la primera posición del Billboard Hot 100), sigue siendo un joven cuyo orgullo personal solo se completa cuando recibe la confirmación de que su trabajo ha sido bien recibido por otros.

La película, aunque a veces se siente como un homenaje más que una exploración crítica, logra mostrar la complejidad de su protagonista. A medida que lo seguimos desde los estudios de grabación hasta los escenarios más grandes del mundo, es imposible no admirar su ética de trabajo y su capacidad para reinventarse sin dejar de ser fiel a sí mismo. Para los fans de BTS y Jung Kook, I Am Still es un retrato imprescindible de un joven cuyo viaje musical está lejos de terminar. Y para los que conozcan poco o nada sobre su talento, este puede ser un grato descubrimiento.

Sobre André Didyme-Dôme 1780 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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