Descubre el corazón de Frida Kahlo a través de un documental que desentraña el dolor, la pasión y el arte de una de las figuras más representativas del arte mexicano.
Directora: Ali Ray
Frida Kahlo, dirigido por Ali Ray (Mary Cassatt: Pintando a la mujer moderna) y narrado por la actriz colombiana Diana Bermúdez (Moon Knight), forma parte de la estupenda serie de documentales para cine Exhibition on Screen y nos ofrece una experiencia inmersiva y biográfica que profundiza en la vida de la artista mexicana que se niega a morir. Con este trabajo, Ray busca ir más allá de la imagen pública de Frida y analizar cómo su vida personal, marcada por el dolor físico y emocional, influyó directamente en su obra artística.
Lo más destacable de Frida Kahlo es su atención minuciosa a las pinturas más importantes de la artista, exhibidas en orden cronológico y en alta definición, lo que permite al espectador apreciar los detalles más pequeños de sus obras. Desde Autorretrato con traje de terciopelo (1926) hasta Las dos Fridas (1936) y La columna rota (1944), Ray logra contextualizar la evolución artística de Frida y cómo las experiencias traumáticas (como el accidente de autobús que la dejó marcada de por vida) se reflejan en sus cuadros. El uso de expertos en arte, historiadores y familiares de Frida y Diego Rivera, aporta una mirada que enriquece la comprensión de su obra.
Uno de los grandes aciertos del documental de Ali Ray es cómo se aborda la influencia del dolor físico y la política en la vida de Kahlo. Frida Kahlo no se detiene solo en lo evidente de su sufrimiento, sino que también explora cómo Frida utilizó su arte para expresar lo que las palabras no podían. Pinturas como La columna rota muestran la magnitud de su dolor físico, pero también se presentan como símbolos de resistencia y esperanza. El análisis de Ray profundiza en las capas emocionales de estos cuadros, destacando las múltiples lecturas que surgen de su iconografía personal y cultural.
Como si se tratara de un juego similar al de la pintura Las dos Fridas, el documental italiano Frida: Viva la Vida, dirigido por Giovanni Troilo, narrado por Asia Argento y estrenado un año antes del trabajo de Ray, adoptó un enfoque más emocional y menos estructurado, enfocándose en comunicar el estado mental de Frida a través de secuencias simbólicas. Mientras que el documental de Troilo se permitió licencias artísticas que diluyeron la claridad narrativa, Ray opta por un estilo más académico y organizado, sin perder la dimensión emocional, lo que permite a los espectadores apreciar y comprender la relación directa entre la biografía de Kahlo y sus pinturas.
Por otro lado, Viva la Vida también abordó los temas del dolor y la política, pero lo hizo a través de una narrativa más poética y reverencial, con momentos que rozan con la idealización. Troilo utilizó símbolos y secuencias que buscaban dramatizar las emociones de Frida, mientras que Ray permite que las propias pinturas hablen por sí solas, apoyándose en comentarios de expertos para desentrañar sus múltiples significados. A pesar de esta mayor claridad y elocuencia, algunos podrían considerar que el enfoque tradicional de Frida Kahlo carece del impacto visual y emocional que Viva la Vida buscó alcanzar a través de sus secuencias oníricas, pero quien escribe no es uno de ellos.
Podríamos pensar que ambos documentales tienen sus méritos, pero se dirigen a públicos diferentes. Frida Kahlo de Ali Ray es ideal para aquellos que deseamos una comprensión detallada y profunda de las obras de la artista, con un análisis académico que revela nuevas capas de interpretación. Frida: Viva la Vida es una experiencia más emocional y sensorial, que se deja llevar por la simbología y las secuencias impresionistas. A pesar de ello, ambos trabajos logran lo esencial: resaltar la grandeza y complejidad de Frida Kahlo desde perspectivas diferentes.
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