Con una brutalidad sin precedentes, Art the Clown reafirma su lugar como el rey del terror gore.
Director: Damien Leone
Lauren LaVera, David Howard Thornton, Chris Jericho, Samantha Scaffidi, Jason Patric
Desde la novela IT de Stephen King (incluyendo la miniserie y las dos películas), los payasos han oscilado entre la fascinación y el temor en el imaginario colectivo (existe un término para el miedo a los payasos y es «coulrofobia»). King cimentó la idea de que una figura diseñada para la risa podía esconder los más oscuros horrores, y desde entonces, personajes como Pennywise o el Capitán Spaulding han dominado las pesadillas de generaciones. Sin embargo, si Pennywise es el precursor de este terror, Art the Clown, de la saga Terrifier, ha elevado la figura del payaso malévolo a un nivel de ultraviolencia que hace que incluso el mismísimo Joker, en su faceta más oscura, parezca un amateur deprimente más preocupado por números musicales con Lady Gaga que por causar un caos real.
La primera Terrifier fue un ejercicio de horror puro, un slasher visceral hecho con un presupuesto mínimo pero con una brutalidad visual y narrativa que dejó a muchos con la mandíbula en el suelo. Su secuela, aunque efectiva en su gore, se aventuró en una innecesaria mitología de orígenes que involucraba ángeles vengadores y elementos sobrenaturales que parecían sacados de Spawn y su grotesco payaso Violator. Con Terrifier 3, el director y guionista Damien Leone (que nombre tan bello para un director de cine) vuelve a lo que mejor sabe hacer: impactar, asquear y entretener, superando con creces las expectativas en cuanto a violencia gráfica y locura narrativa.
La película abre con una secuencia navideña que no tarda en mostrar sus cartas. Art, vestido de Santa Claus, irrumpe en la vida de una familia típica para convertir una noche de paz y amor en un festival de sangre y vísceras. En Terrifier 3, nadie está a salvo, ni siquiera los niños, y la cinta establece rápidamente que no habrá tregua para los débiles de estómago.
El núcleo de la trama sigue a Art el payaso, quien ahora está acompañado por Victoria, una de sus víctimas transformada en cómplice como si se tratara de una Harley Quinn satánica. Estos asesinos por naturaleza desatan un a serie de asesinatos inimaginable, y mientras Art perpetra sus muertes con creatividad mórbida y herramientas cada vez más inusuales, Victoria aporta un toque aún más retorcido con su propia macabra presencia.
El trabajo de David Howard Thornton como Art es un espectáculo en sí mismo. Sin decir una sola palabra, Thornton encarna al payaso con una mezcla perfecta de humor siniestro, expresiones perturbadoras y una fisicalidad que recuerda al mejor cine mudo. Su capacidad para transmitir emociones a través de miradas y gestos es genuinamente aterradora, y convierte a Art en una fuerza imparable y genuinamente escalofriante. Samantha Scaffidi como Victoria también ofrece una actuación sólida, aportando un matiz de locura impredecible que complementa el caos de Art.
Los cameos en Terrifier 3 son un regalo para los fans del género, con apariciones sorpresa como el de la leyenda Tom Savini, los actores Jason Patric y Daniel Roebuck, el luchador Chris Jericho y el prolífico Clint Howard (hermano de Ron Howard) quienes le rinden tributo a este nuevo clásico del horror. Además, Leone aprovecha para incorporar guiños a películas como Blood Feast, Black Christmas, Day Of The Dead, The Thing, Cannibal Holocaust, Zombi, The Shining, The Texas Chain Saw Massacre, The Human Centipede y Evil Dead, estableciendo un diálogo macabro con las mejores obras de este tipo de cine.
Terrifier 3 no es para cualquiera. Estamos hablando de una película que lleva el gore y la violencia al límite, superando incluso a sus predecesoras en su crudeza y creatividad sanguinaria. Pero para los aficionados del horror extremo, es una obra maestra de lo grotesco, una muestra de cómo el terror puede ser un medio de transgresión artística y entretenimiento visceral. Si usted busca un verdadero payaso malvado, olvide a Pennywise y al Joker; Art the Clown no tiene rival y ya viene por ti cargando su bolsa de la basura negra cargada de sorpresas.
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