Smile 2 (Sonríe 2) (2024)

¡Tengan miedo primeras profecías, sustancias, coleccionistas de almas y noches con el diablo, que Sonríe 2 llega para luchar por el trono a la mejor película de terror del año!

Director: Parker Finn

Naomi Scott, Rosemarie DeWitt, Lukas Gage, Raúl Castillo

Smile 2 no solo mejora significativamente con respecto a su predecesora. En esta secuela, la historia toma una nueva dirección con un enfoque más inteligente y oscuro, en el que la crítica al mundo de las celebridades y la industria del pop añade un tono de relevancia actual ausente en la primera parte, la cual, la verdad sea dicha, era una cinta de terror mediocre y derivativa que se aprovechaba de las premisas de Ringu, Final Destination, It Follows, el video Come To Daddy de Aphex Twin y, por supuesto, Joker (por aquello de la sonrisa malévola). 

La película abre con una secuencia estupenda que sirve como puente directo desde el final de la primera parte, una maniobra inteligente que cierra una trama mientras da pie a otra. El personaje de Skye Riley, interpretado por Naomi Scott (la princesa Jasmine de la versión de Aladdin en acción real), emerge como el corazón de la película. Scott brilla como una estrella del pop en declive, atrapada en una espiral de adicción y paranoia que la lleva al borde de la locura. Su actuación es tan convincente que el espectador es arrastrado sin remedio a su descenso, lo que convierte a Smile 2 en una experiencia emocionalmente intensa y cargada de terror tanto psicológico como físico (no se equivoquen, la cinta posee unos momentos gore brutales y no aptos para cardiacos). 

Scott, completamente comprometida con su papel, nos recuerda a la intensidad que Natalie Portman ofreció en Vox Lux, otra película que también examina el devastador impacto de la fama. Aquí, Scott encarna a una celebridad rota por las presiones del éxito, conectando con  The Substance, que critica de manera sangrienta el mundo de las apariencias. Parker Finn, el director y guionista (y creador de la saga), dibuja un retrato ácido y amargo del estrellato, evocando sutilmente figuras del pop como Britney Spears, quienes también han sufrido públicamente la caída desde lo más alto.

Formalmente, Smile 2 toma prestado su estilo de clásicos del horror como The Shining, Suspiria y Possession sin caer en la imitación barata. Su atmósfera visual y sonora acompañada de la música de Mikael Sandgren, mezcla lo surrealista con lo perturbador de una manera elegante, salvaje y demencial. Al igual que The First Omen, Longlegs y Late Night With The Devil, tres magníficas y recientes películas de terror que optaron por un estilo retro y expresionista, Smile 2 también se siente como un homenaje al cine de terror estilizado de los años 70 y 80.

La estética, aunque familiar, se utiliza de manera eficaz para aumentar la tensión y crear una sensación constante de opresión. El enfoque visual, con sus tomas invertidas y paneos cortesía del fotógrafo Charlie Sarroff (Night Swim) subrayan el descenso de Skye hacia la locura, mientras lucha por mantener su imagen de estrella ante un mundo que solo ve la sonrisa que oculta su sufrimiento. 

Aunque la película es generosa con los jump-scares, que a menudo se sienten como recursos efectistas más que innovadores, estos son ejecutados con tanta precisión que logran mantener al espectador en vilo. A diferencia de otros intentos mal logrados, como Trap de Shyamalan, que también nos mostró a una estrella pop en peligro, Smile 2 consigue hacer que el terror y la crítica social funcionen de la mano haciendo que Smile deje de sentirse como una franquicia superficial y poco original.

Lo más fascinante de Smile 2 es su habilidad para funcionar como una alegoría sobre la adicción y el deterioro mental. Piensen en Smile 2 como una mezcla entre Christiane F, Requiem For A Dream, Enter The Void, Trainspotting, Perfect Blue y Black Swan en clave de horror sobrenatural. La maldición del «demonio de la sonrisa» es aquí un reflejo de la lucha interna de Skye con las drogas y el alcohol, su incapacidad para escapar de sus propios demonios y la dinámica tóxica con una madre (Rosemarie DeWitt) a la que le interesan más los compromisos profesionales de su hija que su integridad física y mental. 

Es imposible no comparar a Smile 2 con lo que Joker: Folie à Deux pudo haber sido si se hubiese atrevido a explorar de manera más íntima el descenso del villano de Batman hacia la locura. La cinta de Finn, con todo y su sonrisa marcada, acierta al mostrar este proceso desde dentro, permitiendo que la audiencia experimente el deterioro mental a través de los ojos de su protagonista.

El final apocalíptico, aunque predecible, tiene un sentido de inevitabilidad que le da peso a la historia. No busca sorprender, sino cerrar el círculo de la tragedia de Skye de forma contundente, dejando una sensación de desolación que permanece incluso después de que los créditos empiezan a rodar. Este desenlace, que ya desde el principio parece inevitable, encapsula a la perfección el tono sombrío y fatalista de la película.

Sobre André Didyme-Dôme 1799 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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