Bogotá se sumergió en una atmósfera retro gótica con el concierto de The Mission UK y Christian Death en Ace Of Spades.
El 21 de octubre, Bogotá se transformó en un refugio gótico, vibrando con los sonidos oscuros y nostálgicos del rock de los 80 y 90. La noche comenzó con los pioneros del Death Rock Christian Death, un acto que, aunque clave para los amantes del Goth, mostró que los días de gloria de la banda quedan en el pasado. La calidad de su música, a pesar de ser sólida, se vio opacada por una pantalla digital que proyectaba videos de bajo presupuesto, desviando la atención de la esencia oscura de sus acordes (la pantalla fue una invitación irónica a cerrar los ojos para poder aprehender el verdadero legado de Christian Death). Si bien su presencia merecía ser acompañada por otros gigantes más afines como Fields Of The Nephilim, Godflesh o Ministry, lo cierto es que la banda entregó una actuación decente, enfocada en mantener el espíritu gótico a pesar de las molestas distracciones visuales.
Christian Death y su líder Valor Kand (cortesía de Atenea Events)
Sin embargo, la verdadera esencia de la noche perteneció a The Mission UK. Los británicos, liderados por Wayne Hussey, hicieron gala de su vigencia y demostraron que su poder en el escenario sigue intacto, transportando al público a sus años dorados con la misma fuerza y elegancia que tenían en 1988 (la pantalla se mantuvo con su símbolo presente y eso se agradeció con creces). Con un arranque sublime de Wasteland, que inmediatamente nos transportó a los míticos highlands escoceses de la película de Russell Mulcahy, The Mission abrió el setlist que incluyó lo mejor de su repertorio de finales de los 80 y principios de los 90. Los himnos Beyond The Pale, Like a Child, Severina, Stay With Me, Swoon y Deliverance resonaron con fuerza, generando una atmósfera de nostalgia compartida que unió al público presente.
Incluso sus canciones más recientes, como Tyranny of Secrets, mostraron que la banda mantiene su esencia. Este tema, que bien pudo haber sido un éxito en los 80, recordó a los asistentes cómo el tiempo cambió casi que radicalmente a la industria musical y a sus audiencias, una reflexión patente en la escasa asistencia.
El cantante Wayne Hussey de The Mission UK (cortesía de Atenea Events)
Para el encore, The Mission reservó joyas que dejaron al público extasiado, incluyendo un inesperado cover de Never Let Me Down Again de Depeche Mode y el poderoso cierre con Tower of Strength, su épico inmortal. Aunque la noche habría sido perfecta si The Mission hubiera tocado junto a Sisters of Mercy (de donde surgió The Mission) o The Cult (vale la pena soñar), la conexión entre los asistentes y los músicos demostró que el rock de los 80 fue tan diverso como rico y apasionado.
El guitarrista Simon Hinkler de The Mission UK (cortesía de Atenea Events)
Esta velada recordó a todos los presentes que aquellos éxitos comerciales de décadas pasadas fueron creados con amor, dedicación y un toque de riesgo, un testimonio de la riqueza y variedad del rock de hace 40 años. Y aunque muchos nos sentimos un poco como los chicos góticos de la serie South Park, lo cierto es que fue una velada musical que valió la pena.
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