Boléro (Bolero) (2024)

Bolero intenta reconstruir la vida, los amores y la lucha creativa de Maurice Ravel, explorando cómo nació su obra más famosa.

Directora: Anne Fontaine

Raphaël Personnaz, Doria Tillier, Jeanne Balibar, Vincent Perez, Anne Alvaro

Maurice Ravel, nacido en 1875 en el suroeste de Francia, dejó una huella indeleble en la música del siglo XX con su obsesiva búsqueda de la perfección sonora y su habilidad para fusionar tradición y modernidad. A pesar de su fama como uno de los compositores más importantes de su época, su vida estuvo marcada por la introspección y un fuerte perfeccionismo que lo distanció tanto del mundo exterior como de las pasiones humanas más inmediatas. Entre sus creaciones, destaca Bolero, una obra de 1928 hipnótica y repetitiva que comenzó como un encargo de la bailarina Ida Rubenstein.

Rubenstein, conocida por su estilo teatral y extravagante, solicitó a Ravel un ballet que fuera “carnal, embriagador y erótico”. Sin embargo, la visión de Ravel, más estructurada y cerebral, resultó en una pieza donde el protagonismo recae en un solo ritmo persistente, acompañado por variaciones instrumentales que crecen gradualmente en intensidad. Este contraste entre la intención de Rubenstein y la obsesión de Ravel por la precisión define gran parte de la historia de Bolero. La pieza debutó con gran éxito, pero pronto comenzó a tener vida propia, distanciándose del control de su autor, quien a menudo comentó irónicamente que la obra “carecía de música”.

El impacto cultural de Bolero trascendió la música clásica. Fue reinterpretado en diversos contextos, como en el cine mexicano en El bolero de Raquel (1957), donde Cantinflas utilizó su melodía para subrayar su particular sentido del humor. Décadas después, Bolero alcanzó un estatus memorable en el cine gracias a 10 (1979), de Blake Edwards, donde el personaje de Bo Derek baila al ritmo de la composición, consolidándose como una inolvidable expresión de la sensualidad ochentera. Curiosamente, Derek protagonizó posteriormente Bolero (1984), un drama erótico que intentó canalizar la intensidad pasional de la música de Ravel, aunque con menos éxito por parte de la crítica. Este año, la obra también inspiró el audaz musical colombiano El bolero de Rubén, una violenta cinta in crescendo que explora las emociones humanas a través de la estructura musical de la pieza de Ravel.

Ahora, la directora Anne Fontaine, la autora de un bello biopic sobre Coco Chanel y de esa dura cinta sobre unas monjas violadas por soldados polacos conocida como Las inocentes (2016) dirige Bolero, una película que evita ser una biografía convencional para ofrecer un retrato poético y fragmentado de Maurice Ravel. La cinta se concentra en los seis años que le tomó componer su obra más famosa, mientras lucha con las expectativas externas y su propio perfeccionismo. Raphaël Personnaz (Anna Karenina) encarna a Ravel con una mezcla de fragilidad y determinación, mostrando a un hombre cuya obsesión por la estructura musical lo alejaba de las pasiones terrenales.

La película presenta momentos clave en la vida de Ravel, desde sus fallidos intentos por ganar el Prix de Rome hasta su servicio en la Primera Guerra Mundial y la muerte de su amada madre (Anne Alvaro). Fontaine utiliza una narrativa circular, reflejando la estructura repetitiva de Bolero, para entrelazar estos episodios con escenas de los años posteriores al estreno de la pieza, cuando la obra terminó eclipsando a su creador. 

Jeanne Balibar interpreta a Rubenstein como una figura carismática, cuyas demandas chocan con la meticulosa visión del compositor. Fontaine explora la paradoja de una obra que fue concebida para ser sensual pero que nació de un proceso cerebral y obsesivo. La película sugiere que Ravel encontraba inspiración en sonidos cotidianos, desde el murmullo del viento hasta el clamor mecánico de una fábrica, pero también enfrentaba períodos de frustración y bloqueo creativo.

Fontaine también aborda la vida personal de Ravel, sugiriendo relaciones ambiguas con personajes como Marguerite Long (Emmanuelle Devos) y Misia Sert (una estupenda Doria Tillier). Aunque no hay pruebas concluyentes sobre sus vínculos amorosos, la película propone que Ravel encontraba consuelo e inspiración en estas conexiones humanas, mientras permanecía emocionalmente distante.

Un acierto de Bolero es no caer en explicaciones simplistas sobre el origen de la pieza. Fontaine evita retratar a Ravel como un genio infalible; en cambio, lo muestra como un hombre que, además de estar reprimido sexualmente, trabajaba arduamente, tropezaba y se levantaba, un proceso que al final dio lugar a su obra más famosa.

Uno de los momentos más evocadores del filme muestra a Ravel en un burdel, no buscando placer físico, sino pidiendo a una mujer que se deslice un guante de satén sobre la piel, únicamente para escuchar el sonido. Esta escena simboliza su sensibilidad extrema y su búsqueda de perfección en los detalles más pequeños.

El declive físico y mental de Ravel, causado por una enfermedad neurológica, añade un tono melancólico al filme. En un momento conmovedor, Ravel escucha una grabación de Bolero y, con una mezcla de asombro y resignación, se pregunta: “¿De verdad escribí eso? No está mal.” Este comentario encapsula el distanciamiento que sentía hacia su propia creación, una obra que se convirtió en un fenómeno global, pero que nunca reflejó completamente su visión artística.

Bolero termina siendo una meditación sobre el proceso creativo, el sacrificio personal y la relación complicada entre un artista y su obra. Aunque a veces se siente contenida por las limitaciones del género biográfico, la película logra capturar la esencia de Maurice Ravel: un hombre atrapado entre su sensibilidad exquisita y las exigencias de un mundo que no siempre comprendía su genio. Con su enfoque etéreo y sensorial, apoyado en la hermosa fotografía de Christophe Beaucarne (Rodin, Coco Avant Chanel), Fontaine ofrece un retrato poético que no solo celebra la música de Ravel, sino también la complejidad del hombre detrás de ella.

Sobre André Didyme-Dôme 1799 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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