Kraven el cazador trae la ferocidad del villano de los cómics de Marvel a la pantalla grande, pero se queda corto sin la presencia de Spider-Man.
Director: J.C. Chandor
Aaron Taylor-Johnson, Russell Crowe, Alessandro Nivola, Ariana DeBose, Fred Hechinger
Kraven the Hunter es un personaje emblemático de los cómics de Marvel que hizo su primera aparición en The Amazing Spider-Man #15 en 1964, creado por Stan Lee y Steve Ditko. Sergei Kravinoff, conocido como Kraven, es un cazador obsesionado con demostrar su supremacía al derrotar a Spider-Man, a quien considera su presa máxima. Con el tiempo, el personaje evolucionó de un simple villano a un antihéroe complejo, especialmente tras la icónica historia Kraven’s Last Hunt, que cimentó su legado como uno de los antagonistas más fascinantes del arácnido.
En los últimos años, Sony ha intentado construir un universo cinematográfico basado en los villanos de Spider-Man, enfrentándose a una hostilidad exacerbada en redes sociales. Aunque es cierto que Morbius fue una entrega mediocre, es injusto desestimar por completo otras producciones como la trilogía de Venom y la injustamente vapuleada Madame Web. Estas películas han tenido sus altibajos, pero también han mostrado destellos de creatividad y entretenimiento. En el caso de Kraven the Hunter, la decisión de apostar por una clasificación para adultos marca una diferencia significativa, liberándola de las limitaciones que afectaron a Venom y Morbius. Esta libertad permite a la cinta explorar una violencia visceral que se alinea con la brutalidad inherente al personaje.
La historia de Kraven the Hunter nos presenta los orígenes de Sergei Kravinoff, interpretado por un imponente Aaron Taylor-Johnson. La película comienza con un joven Sergei (Levi Miller) acompañando a su despótico padre, Nikolai (Russell Crowe), en un safari en África. Durante este viaje, Sergei sufre un ataque de un león, pero un misterioso evento lo salva: una combinación de la sangre del animal y un extraño brebaje le otorgan habilidades sobrenaturales.
Esta transformación lo convierte en un cazador implacable y lo enfrenta a su padre, cuyas crueles acciones marcaron su infancia. La narrativa también introduce a Dmitri (Fred Hechinger), el hermano de Sergei, cuyo papel en la historia se vuelve más relevante a medida que avanza la trama y que nos lleva a los mismísimos orígenes de los cómics de Spider-Man, así como a Aleksei (Alessandro Nivola), quien eventualmente se convierte en el temible Rhino, superando por mucho a la desperdiciada encarnación que llevó a cabo Paul Giamatti en la segunda parte de la dupla de cintas de El hombre araña protagonizadas por Andrew Garfield. Calypso (Ariana DeBose), sirve como un interés romántico y catalizador de algunos eventos clave, además de ser el componente femenino necesario para una historia tan cargada de testosterona.
La película se mueve entre Siberia, Londres y Turquía, construyendo un arco narrativo que culmina en una serie de enfrentamientos violentos y un giro conspirativo en su desenlace. A pesar de algunos momentos interesantes, la ausencia de Spider-Man como punto de referencia deja una sensación de vacío que viene a ser el pecado capital de todas las películas de Sony inspiradas en los villanos del superhéroe arácnido.
La dirección de J.C. Chandor es un punto destacado en la película. Chandor ha demostrado su talento en proyectos como All Is Lost, una obra casi silente protagonizada magistralmente por Robert Redford; A Most Violent Year, un drama criminal cargado de tensión; y Margin Call, un retrato incisivo sobre la crisis financiera. Sin embargo, desde la malograda Triple Frontier, su carrera ha perdido algo de la chispa que caracterizaba sus primeras obras. En Kraven the Hunter, su dirección es competente, pero carece de la audacia necesaria para elevar la narrativa más allá de los convencionalismos del género.
En cuanto a las actuaciones, Aaron Taylor-Johnson se compromete con su papel como Kraven, capturando tanto la ferocidad como la vulnerabilidad del personaje, pero está muy alejado de su emblemático villano de Nocturnal Animals, la obra maestra de Tom Ford. Russell Crowe, como el despótico padre de Sergei, aporta una presencia robusta y carismática que domina la pantalla en cada escena, pero estamos a años luz de los personajes complejos y trágicos que interpretó en Gladiator o The Insider. Alessandro Nivola también destaca como Aleksei, logrando hacer memorable a un personaje que podría haber caído en lo caricaturesco, pero este no es el mismo actor de Disobedience o de The Many Saints Of Newark, la maravillosa precuela de Los Soprano. Fred Hechinger, como Dmitri, entrega una actuación intrigante que deja entrever el potencial para futuros desarrollos (pista: su personaje nos lleva a los mismísimos orígenes de los cómics de Spider-Man). Sin embargo, Ariana DeBose como Calypso es una de las debilidades de la cinta; su interpretación es acartonada y carente de matices, lo que la convierte en una candidata segura para un premio Razzie.
No obstante, uno de los mayores problemas de Kraven the Hunter es su contexto. Estos villanos se sienten incompletos sin la presencia de Spider-Man, una carencia que recientemente afecta a otros proyectos de superhéroes como las malogradas Black Adam, Joker: Folie à Deux y la mediocre serie de The Penguin. Sin un héroe que contraste su oscuridad, estos personajes pierden relevancia y pertinencia, dejando al espectador con una sensación de falta de cierre. Los fanáticos de Spider-Man seguimos soñando con una película que reúna a Venom, Morbius, Madame Web y Kraven en un enfrentamiento épico contra el arácnido. Una cinta así podría no solo redimir a estos personajes, sino también consolidar el universo cinematográfico de Sony.
En conclusión, Kraven the Hunter es una película que ofrece momentos de entretenimiento y a un elenco mayormente competente, pero que también sufre de un guion genérico y una dirección carente de inspiración (la primera Joker no incluyó a Batman pero es magistral en su tratamiento). Aunque tiene destellos que la destacan dentro del universo de Sony, sigue dejando claro que estos villanos necesitan a Spider-Man tanto como El hombre araña necesita a sus villanos. La cacería de Sergei Kravinoff, aunque ambiciosa, se queda a medio camino de alcanzar su presa.
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