Novocaine (Sin dolor) (2025)

En Novocaine, el actor de The Boys nos muestra que el dolor no es un problema.

Dirección: Dan Berk, Robert Olsen 

Jack Quaid, Amber Midthunder, Ray Nicholson, Jacob Batalon

La analgesia congénita es una extraña condición neurológica en la que el afectado es incapaz de sentir dolor. Aunque esto podría parecer una ventaja en ciertas situaciones, en la vida real es un peligro constante: quienes la padecen pueden sufrir heridas graves sin darse cuenta, lo que los obliga a llevar una vida extremadamente controlada. Es este curioso trastorno el que sirve de base para Novocaine, una desquiciada película de acción que se erige como una singular mezcla entre Darkman, Crank y Nobody, en la que el actor de The Boys sigue explorando su particular nicho interpretativo como el personaje pusilánime que termina recibiendo brutales golpizas.

Jack Quaid, hijo de Dennis Quaid, se ha distanciado de la herencia de su padre y, en lugar de aspirar a ser un galán todo terreno, ha encontrado su propio camino en la senda de Bruce Campbell, el legendario actor fetiche de Sam Raimi. Al igual que el Ash de Evil Dead, los personajes de Quaid son tipos comunes, algo cobardes, que terminan envueltos en un torbellino de violencia descontrolada. En Novocaine, encarna a Nathan Caine, un anodino gerente bancario con analgesia congénita que, por azares del destino, se ve envuelto en un violento asalto y decide tomar cartas en el asunto cuando su compañera de trabajo y amor platónico, Sherry (Amber Midthunder, la protagonista Prey, la estupenda precuela de Predator), es secuestrada por una banda de criminales disfrazados de Santa Claus.

La cinta, dirigida por Dan Berk y Robert Olsen (Body, Villains, The Stakelander, Significant Other), busca equilibrar acción, humor, romance y gore en dosis equivalentes. Si bien la premisa es llamativa, la ejecución tropieza con algunos problemas. La química entre Quaid y Midthunder es apenas esbozada, lo que hace difícil justificar el arranque heroico del protagonista, mientras que la narrativa se siente algo mecánica, siguiendo la estructura de un videojuego en el que cada escena de acción se repite con ligeras variaciones: un chiste, un golpe, una herida absurda y otra victoria inverosímil.

Sin embargo, a pesar de su falta de profundidad, Novocaine tiene una energía desbordante que la vuelve tremendamente entretenida. La dirección de Berk y Olsen no destaca por su estilo visual, pero el guion de Lars Jacobson mantiene un ritmo lo suficientemente frenético como para que la película nunca se estanque. La violencia estilizada, aunque no siempre efectiva, cumple con su cometido y entrega algunos momentos memorables, incluso si la propuesta general nunca alcanza el potencial de su concepto.

Jack Quaid logra sostener la película gracias a su carisma y a su ya refinada capacidad para interpretar a estos antihéroes patéticos pero queribles. Sin embargo, la película se agota rápidamente en su propia premisa, y aunque el desenlace deja abierta la puerta a posibles secuelas, la interrogante es si la historia tiene suficiente combustible para seguir adelante. Novocaine no revoluciona el género, pero entrega una dosis de acción exagerada y humor negro que, aunque desechable, resulta disfrutable mientras dura.

Sobre André Didyme-Dôme 1857 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*