El Amateur intenta hacerse pasar por un thriller de espionaje moderno, pero no logra sacudirse la sensación de déjà vu.
Director: James Hawes
Rami Malek, Laurence Fishburne, Rachel Brosnahan, Julianne Nicholson, Holt McCallany
A estas alturas, el cine de espías ya no necesita tramas nuevas; necesita nuevas formas de contarlas. Lamentablemente, El Amateur no encuentra ninguna. La historia sigue a Charles Heller (Rami Malek), un criptógrafo de la CIA cuya prometida muere en un atentado terrorista en Londres. Impulsado por el dolor y la frustración ante la inacción de la agencia, Heller chantajea a sus superiores para que lo entrenen como asesino, con la promesa de ir tras los responsables. Lo que podría haber sido una reflexión intensa sobre el deseo de venganza y la transformación personal (o por lo menos un ballet de sangre coreografiado al estilo de John Wick) se diluye en una serie de escenas que parecen extraídas de una colección genérica de clichés del género.
Tenemos al mentor rudo pero sabio (Laurence Fishburne, con la dignidad de siempre, aunque limitado por un guion que lo obliga a decir frases que uno siente haber escuchado en otras veinte películas), al burócrata cínico (Holt McCallany, más divertido de lo que el filme se merece), y la inevitable persecución por azoteas europeas, esta vez con un absurdo guiño arquitectónico en una piscina suspendida entre rascacielos. Todo parece más preocupado por cumplir con el “checklist” del espía contemporáneo (conspiraciones internas, tecnología, pasados oscuros) que por construir algo genuinamente tenso o humano.
Pero el verdadero problema está en el centro de todo: Rami Malek. Desde Mr. Robot, el actor ganador del Óscar por Bohemian Rhapsody ha interpretado una y otra vez al mismo personaje: un hombre en constante estado de retraimiento, con mirada de gato asustado, voz susurrada y gestos mínimos, como si actuar fuera simplemente contener la respiración. Aquí, esta fórmula resulta aún más evidente. Heller pierde a su prometida, se enfrenta a una maquinaria institucional corrupta, y emprende una misión de venganza con implicaciones éticas pesadas, pero Malek lo interpreta con un rango emocional que parece no haber evolucionado ni un centímetro.
El Amateur pretende ofrecernos una mirada distinta sobre el espía: no el héroe apuesto y musculoso entrenado desde joven, sino el hombre común arrojado a un mundo para el que no está preparado. Pero ni el director de la estupenda One Life ni Malek tienen las herramientas para sostener esa idea. Lo que queda es una película que camina por las huellas de Jason Bourne y Ethan Hunt, sin tener el ritmo ni la energía de aquellos. Una historia sobre la transformación de un analista en asesino que, paradójicamente, nunca logra convencer de que ha ocurrido transformación alguna.Al final, El Amateur no es ni un fracaso estruendoso ni una sorpresa agradable. Es simplemente otra película de espías. Y en un género tan saturado debido a James Bond, eso ya no basta.
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