Fallece Camila Loboguerrero

Una de las figuras más destacadas y queridas del cine colombiano, falleció a los 83 años, dejando un legado invaluable en la cinematografía nacional.

Camila Loboguerrero, nacida en Bogotá el 3 de septiembre de 1941, fue una de las personalidades más emblemáticas en la historia del cine colombiano. Directora, guionista y montajista de una vasta trayectoria, su legado se extiende no solo a través de su propia obra cinematográfica, sino también por su impacto en la formación de la industria cinematográfica del país. Con una visión única que fusionó su pasión por las ciencias sociales con la creación artística, Loboguerrero fue una verdadera pionera que desafió y enriqueció la narrativa audiovisual colombiana.

Su carrera comenzó de forma temprana, iniciando estudios en Bellas Artes en la Universidad de Los Andes en Bogotá. Su formación académica en Historia del Arte la llevó a París, donde sus caminos se cruzaron con los de Jorge Reyes, un cineasta peruano con el que comenzó a involucrarse en el mundo del cine. A partir de allí, su pasión por la cinematografía creció, y se convirtió en una de las figuras fundamentales de la producción y montaje en el país.

En 1972, Camila Loboguerrero se vincula a la División de Radio y Televisión Educativa del Ministerio de Educación Nacional, donde dirige los cortometrajes El oro del Chocó y Educación de adultos en Colombia

Loboguerrero también fue una figura clave en la fundación de Filmando Ltda., una de las primeras productoras independientes de Colombia. Su trabajo en esta productora, especialmente con el cortometraje Llano y contaminación, recibió premios internacionales como la medalla de oro en Bilbao (1973) y el tercer lugar en el Festival de Cine de Cartagena. 

Entre 1974 y 1976 se dedica al montaje de cortometrajes de cineastas como Manuel Franco, Diego León Giraldo y Luis Alfredo Sánchez, además de dirigir Ala solar, producido por este último, obra que recibe una Mención de Honor por parte de Colcultura en 1976. Más adelante, por encargo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes, dirige dos cortometrajes de carácter didáctico: Arquitectura republicana y Beatriz González y Musa.

Como guionista, Loboguerrero dejó una marca profunda. Su primer guion de ficción, Soledad de paseo, junto con otros trabajos como Yo soy la rosca (escrito con Orlando Becerra) y Debe haber, pero no hay, reflejan su capacidad para combinar lo social y lo narrativo de una manera reflexiva y crítica. Su habilidad para abordar temas profundos y actuales, como el conflicto colombiano, la historia y las luchas sociales, la posicionaron como una voz auténtica dentro del cine latinoamericano.

Posteriormente, Camila Loboguerrero realiza el montaje del largometraje Padre por accidente, dirigido por Manuel Busquets, y se desempeña como primera asistente de dirección en La virgen y el fotógrafo, de Luis Alfredo Sánchez. En 1981 coescribe, junto a Beatriz Caballero, el guion de Con su música a otra parte, película que dirige con el apoyo de un crédito especial de Focine. La cinta se estrena en el I Festival de Cine de Bogotá en 1984, representa a Colombia en el XIV Festival de Cine Brasilero de Gramado en 1986, y forma parte de la Muestra de Filmes Latinoamericanos dirigidos por mujeres.

En el mismo Festival de Cine de Bogotá presenta el mediometraje Póngale color (1985), mientras que con Vida de perros (1986) participa tanto en un festival de cine organizado por la Universidad de los Andes de Venezuela como en el V Festival de Cine de Bogotá Nacional e Iberoamericano. En 1988 exhibe Juegos prohibidos en la Muestra Nacional de Cine y Video, dentro del marco de la quinta edición del Festival de Cine de Bogotá.

Loboguerrero fue también una narradora de las realidades sociales y políticas de Colombia. Su obra más destacada, María Cano (1990), una biografía histórica de la líder política y activista protagonizada por la fallecida María Eugenia Dávila, se convirtió en un referente para el cine nacional, y es considerada por muchos como una obra clave en la representación de la historia social del país.

A lo largo de los años, Loboguerrero también se dedicó a la formación de nuevas generaciones de cineastas. Su labor como jurado en festivales y como directora nacional de cinematografía en el Ministerio de Cultura le permitió aportar al desarrollo de la industria cinematográfica colombiana, siempre con una mirada crítica y constructiva.

En 2024, la industria cinematográfica le rindió homenaje con el Premio Macondo de Honor, reconociendo su incansable esfuerzo por fortalecer y dar visibilidad al cine nacional. El crítico Augusto Bernal comenta: «Loboguerrero hizo parte de una generación que, junto con Martha Rodríguez y Gabriela Samper, aportó una nueva visión y variados elementos al cine nacional a partir de su formación en ciencias sociales«.

Además de su trabajo en el cine, Loboguerrero fue una incansable defensora de los derechos de los guionistas y de las mujeres en la industria cinematográfica. Su liderazgo en la Asociación de Guionistas Colombianos, Los Guionistas Cuentan, fue clave para visibilizar el trabajo de quienes crean las historias que dan vida a la pantalla grande.

Con Matías Maldonado, su hijo (y hermano de Lucas Maldonado, director del documental confesional Yo, Lucas), Camila fue beneficiaria en la modalidad de largometraje por el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico – FDC, con su guion Nochebuena¸que se convertiría en su último largometraje dirigido en 2008.

En su última entrevista, realizada a finales de febrero de 2025, Loboguerrero habló con pasión sobre el cine y su eterna lucha por seguir creando: “Aún me faltan historias por contar. A los 83 años, siento que tengo más que ofrecer”. Su partida deja un vacío irremplazable, pero su obra y su espíritu seguirán siendo una fuente de inspiración para generaciones futuras.

Camila Loboguerrero falleció en la madrugada del 21 de junio, aparentemente por causas naturales, dejando un vacío en el cine colombiano que será difícil de llenar. Su legado como pionera del cine nacional, como formadora y como defensora de la industria, sigue vivo en su trabajo, en sus palabras y en las huellas que dejó en cada cineasta y en cada persona que tuvo el privilegio de conocerla.

Desde sus primeros cortometrajes hasta su última producción, Camila Loboguerrero no solo hizo cine, sino que también forjó una identidad para el cine colombiano. Su partida marca el cierre de un ciclo, pero su huella será eterna.


Sobre André Didyme-Dôme 1936 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para las revistas ROLLING STONE Y THE HOLLYWOOD REPORTER EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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