La sexta entrega de la saga cinematográfica basada en la legendaria serie de televisión, logra lo imposible: ser la mejor de la saga y una película de acción casi perfecta.
Dirección: Christopher McQuarrie
Tom Cruise, Henry Cavill, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson
La serie Mission: Impossible (1966-1973) continúa siendo una de las más recordadas y queridas por el público (la introducción con la grabación que se autodestruirá dentro de 5 segundos, la inmortal música del argentino Lalo Schifrin, la trama llena de suspenso) y es considerada como uno de los momentos más lúcidos en la historia de la televisión, así como un factor clave para analizar el género de espías.
Luego de una mediocre resurrección en 1988 (con Peter Graves como el único miembro del elenco de la serie original), el prestigioso director Brian De Palma toma las riendas en 1996 de una versión cinematográfica escrita por los respetados guionistas David Koepp y Robert Towne, la cual enfureció a los fanáticos de la serie y con justa razón, ya que traicionó su estructura nuclear (un equipo de espías conocido como MI6 de los cuales se desconoce su historia personal y su pasado, quienes que se dedican a cumplir con misiones casi suicidas) y se convirtió en una especie de «James Bond» con Tom Cruise como protagonista e Ethan Hunt como personaje principal. Pese a todo, la cinta se convirtió en todo en éxito de taquilla, aunque hoy se asume como la peor de la saga.
La segunda parte de la franquicia cinematográfica de Mission: Impossible no se hizo esperar y esta vez el director fue el chino John Woo, quien continuó por la línea del agente solitario e indestructible, agregándole unas secuencias de acción como solo el autor de los clásicos llamados The Killer, Hard Boiled o Face-Off, sabe como elaborar.
Desde un principio, Tom Cruise asumió el papel de productor y el control de la saga por parte de él fue cada vez mayor. Sin embargo, el actor fue lo suficientemente inteligente como para ir reestructurando las cintas, acercándose cada vez más al espíritu de la serie. Gracias a ello, la tercera parte (dirigida por J.J. Abrams, el encargado de resucitar las franquicias de Star Wars y Star Trek) fue una grata sorpresa, la cual se recuerda especialmente por un memorable villano encarnado por el fallecido Philip Seymour Hoffman.
La cuarta parte, subtitulada Ghost Protocol y dirigida por Brad Bird (el autor de la cinta animada The Incredibles), fue también una excelente película que superó a sus antecesoras en términos de calidad y secuencias de acción.
Y la quinta parte, conocida como Rogue Nation y dirigida por Christopher McQuarrie (el escritor de The Usual Suspects), mantuvo el sello de calidad que comenzó a revelarse en la saga desde sus últimas entregas. Y es este director (también encargado de la primera parte de esa otra estupenda franquicia protagonizada por Cruise llamada Jack Reacher), quien repite para la sexta parte llamada Fallout. El resultado no podría haber sido mejor.
Sobre la trama es mejor no hablar mucho (es tan enredada e indescifrable como la de todas las partes de la saga) y tiene que ver con tres esferas de plutonio que fueron tomadas por terroristas fanáticos, poniendo en peligro al mundo. Lo que importa en la versión cinematográfica de Mission: Impossible está en las impresionantes secuencias de acción, las cuales son de carácter artesanal (sin ayuda de los recursos digitales) y en la mayoría de los casos están a cargo de Tom Cruise sin ayuda de dobles y poniendo en riesgo su vida, al mejor estilo de Jackie Chan.
El otro factor que es fundamental para Mission: Impossible, está en el equipo conformado por el experto en informática Benji (un estupendo Simon Pegg), el experto en explosivos Luther (un también estupendo Ving Rhames), la agente encubierta Ilsa (Rebecca Ferguson) y el jefe de la organización Alan Hurley (Alec Baldwin). Se une al elenco Walker, un agente de la CIA que debe acompañar y vigilar a Ethan Hunt en su misión (interpretado por Henry Cavill destilando su aire de matón que no cuadra con su papel de Superman, pero que aquí encaja como anillo al dedo). Y no pueden faltar los villanos, los cuales incluyen a una comerciante de armas disfrazada como filántropa que se hace llamar «La Viuda Blanca» (encarnada por Vanessa Kirby de la serie The Crown) y Sean Harris, quien repite como el viperino terrorista Solomon Lane.
¿Es Mission: Impossible Fallout el mejor capítulo de la franquicia? Probablemente sí ¿Es esta la mejor película de acción de todos los tiempos? Probablemente no. Pero lo cierto es que la sexta parte de la serie cinematográfica basada en la serie legendaria, se acerca mucho a la perfección palomitera, llegándose a convertir en una especie de nirvana en cuanto a lo que podemos denominar como entretenimiento y escapismo cinematográfico. La escala está muy alta para una séptima entrega.