Siguiendo en la línea de Los olvidados y El laberinto del fauno, la primera directora en la historia del cine nicaragüense nos entrega un relato tan duro como mágico.
Directora: Laura Baumeister de Montis
Ara Alejandra Medal, Diana Sedano, Noé Hernández, Virginia Raquel Sevilla García
La hija de todas las rabias es el quinto largometraje de ficción y el primero dirigido por una mujer en toda la historia del cine nicaragüense. Por tal razón, se destaca por ser más que una noble ópera prima.
La directora y guionista Laura Baumeister de Montis tuvo que enfrentar los duros desafíos de trabajar en un entorno sin una industria consolidada, infraestructura o fondos significativos. Su labor se asemeja a la de las primeras pioneras del cine como Alice Guy o Germaine Dulac, abriendo brechas inexploradas y enfrentándose a la adversidad en la búsqueda de contar sus historias.
No obstante, Baumeister de Montis retoma los temas explorados en sus cortometrajes, como las complejas relaciones entre madre e hija y las fronteras difusas entre lo humano y lo animal. Esta emotiva historia se desarrolla en el contexto del mayor vertedero de Nicaragua (la cinta inicia con unos niños que se encuentran con una extremidad mutilada), abordando la posibilidad de un paraíso infantil que contrasta con la monstruosidad de los adultos.
Al igual que en El espíritu de la colmena de Víctor Erice y El laberinto del Fauno de Guillermo del Toro, las ideas sobre la imaginación, la resiliencia y la fantasía como mecanismo de defensa ante el horror de la cruda realidad, se registran en esta cinta de una manera difícil de olvidar. María, la protagonista encarnada por la actriz infantil Ara Alejandra Medal, es como la Alis imaginada y asentada en la realidad del documental colombiano de Nicolás Van Hemelryck y Clare Weiskopf, ya que es el resultado de las historias y vivencias de muchos niños que Baumeister de Montis conoció durante un voluntariado.
La película destaca la importancia de la lucha por la supervivencia, transmitidas, en un inicio, por la madre a su hija en un entorno tremendamente difícil que nos recuerda a aquellas cintas sobre “niños perdidos” que deben convertirse en adultos de una manera prematura debido a la necesidad, como son Los olvidados, El lustrabotas, Pixote, Crónica de un niño solo, Ciudad de Dios y La vendedora de rosas.
Baumeister de Montis nos muestra que, aunque el entorno en el que vive María es un auténtico infierno de violencia y destrucción, coexiste con la magia de la creación proveniente de la psique y la naturaleza femenina. En la vida de María, marcada por razones para estar triste y llena de rabia, también se encuentra espacio para la imaginación y la ternura. La película revela cómo la adversidad, la injusticia y la violencia contrastan con imágenes brutales pero bellas, creando una narrativa rica y compleja.
La importancia de la fantasía y los sueños se destaca en La hija de todas las rabias, sirviendo como una herramienta para enfrentar la adversidad y reinterpretar la realidad. Baumeister de Montis explora la idea de cómo la imaginación puede ser una fuerza poderosa para resignificar las vivencias, transformando la vida de María, de ser la hija de una madre desaparecida, a la hija de una Mujer Gato, en una clara y poética alusión a lo que puede entenderse como “empoderamiento femenino”.
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