El maestro de la acción regresa con una propuesta arriesgada, pero que no supera los altos estándares impuestos por John Wick.
Director: John Woo
Joel Kinnaman, Catalina Sandino Moreno, Scott Mescudi, Harold Torres
Nacido en Cantón y radicado en Hong Kong, John Woo fue un director que, al igual que Hitchcock, exploró diversos géneros hasta encontrar el que más se acomodaba a sus intereses. Para el director de Vértigo fue el suspenso; para Woo, definitivamente fue la acción.
Woo es particularmente conocido por sus ballets de sangre y balas protagonizados por antihéroes trágicos con un inmenso sentido del honor y la lealtad, como se evidencia en los clásicos del género A Better Tomorrow (1986) The Killer (1989) y Hard Boiled (1992), una trilogía que cuenta con la imponente presencia de Chow Yun-Fat, su actor fetiche.
Su enorme éxito en Hong Kong llamó la atención de la industria cinematográfica de Hollywood, y Woo se trasladó a Estados Unidos en la década de los noventa. Allí, dirigió películas notables como Hard Target (1993), la mejor cinta de acción de Jean Claude Van Damme, Broken Arrow (1996) y Face/Off (1997), estas dos últimas protagonizadas por un John Travolta post Pulp Fiction.
El inicio del siglo XXI marcó la decadencia del director. Luego de asumir la subvalorada segunda parte de la saga Misión imposible protagonizada por Tom Cruise en el año 2000, Woo dirigió la irregular cinta bélica Windtalkers con Nicolas Cage (protagonista con Travolta en Face/Off) y la mediocre Paycheck (2003) con Ben Affleck (quien acaba de entregarnos otra decepcionante cinta de acción a cargo de Robert Rodríguez).
Esto llevó al director a regresar a Hong Kong, para asumir los épicos Red Cliff (2008) y The Crossing (2014), ambas divididas en dos partes cada una y protagonizadas por Tony Leung y Zhang Ziyi, respectivamente. Entre las filmaciones de estas dos mega producciones Woo dirigió la cinta de artes marciales El reino de los asesinos (2010) con Michelle Yeoh, y en 2017 asumió el remake de Manhunt, un clásico del cine japonés protagonizado por el fallecido Ken Takakura en 1976 y con un elenco conformado por actores chinos y japoneses.
Ahora veinte años después del estreno de Paycheck, John Woo intenta un segundo regreso a Hollywood con una propuesta pequeña en presupuesto, pero enorme en ambición llamada Venganza silenciosa, una cinta de acción que no incluye diálogos.
Su protagonista es un hombre llamado Godlock, encarnado por Joel Kinnaman (el protagonista del infravalorado remake de Robocop), cuyo hijo pequeño es asesinado en un tiroteo entre pandillas. Enloquecido por esa mezcla de dolor y rabia característica de los personajes del director, se entrena arduamente para transformarse de un hombre de familia común a una nueva versión de Punisher (Marvel, toma nota), dándose un año para planificar su venganza contra los hombres que destruyeron su hogar. Hablando del antihéroe de los cómics, Dolph Lundgren lo interpretaría por primera vez en el cine y Woo trabajaría con el actor en un fallido piloto para la televisión llamado Blackjack.
También hay que recordar que el personaje de Marvel está basado en Paul Kersey, el apacible padre de familia y esposo encarnado por Charles Bronson en el clásico Vengador anónimo (1974), quien después de la violación de su esposa e hija, decide rastrear y castigar brutalmente a los responsables. Esta cinta tuvo cuatro secuelas y una adaptación protagonizada por Bruce Willis, y ni hablar de las dos cintas y la serie de Punisher post Lundgren, así como todas las variaciones llevadas a cabo por Liam Neeson. Es por eso por lo que Venganza silenciosa se siente como un trabajo genérico debido a una cansada estructura narrativa, pese a su arriesgada propuesta formal.
Los pandilleros de Venganza silenciosa son estereotipados y caricaturescos como los de Mad Max y The Equalizer y ese vecindario contaminado por el crimen se acerca mucho a la Ciudad Gótica de Frank Miller. El título en inglés (Silent Night) hace referencia al célebre villancico austriaco y hace referencia a la época en la que transcurre la película, así como al disparo en la garganta que recibió Godlock y que lo dejó imposibilitado para hablar.
Catalina Sandino Moreno, la actriz colombiana nominada al Óscar por María llena eres de gracia, interpreta a la esposa que también sufre en silencio en un prólogo demasiado largo el cual se parece mucho al de un videojuego, antes que el protagonista salga a matar rufianes para luego enfrentarse con varios “jefes”, cada uno más duro de matar que el otro, antes de llegar al nivel final. Entre nivel y nivel, Godlock recibirá la ayuda del policía Vassell, interpretado por el rapero Kid Cudi.
Una cinta de acción sin diálogos en manos de otro director, probablemente se convertiría en algo exasperante. Sin lugar a duda, Woo posee una habilidad para confeccionar escenas de acción que todavía logran impresionar. Pero aquí, falta esa meticulosidad que lo caracterizaba.
Mientras el director estuvo ausente de Hollywood por dos décadas, aspirantes al trono como David Leitch (Tren bala), Sam Hargrave (Extraction) y especialmente, Chad Stahelski (John Wick), claros alumnos de Woo, han logrado superar a su maestro (piensen en Yamcha, Krilin y Son Goku con respecto a Roshi) y han colocado la vara muy alta en cuanto a confeccionar ballets de sangre y balas.
The Killer y Hard Boiled siguen siendo clásicos del cine de acción, pero Venganza silenciosa se acerca más a la decadencia de Paycheck. Sí, es un ejercicio audaz, pero no llega a ser el regreso triunfal del director como se anuncia con bombos y platillos. Con diálogo o sin diálogos, esta cinta nada tiene que hacer frente a John Wick 4 o Extraction 2.
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