Una película de guerra a la vieja usanza que logra emocionar y entretener por partes iguales.
Dirección: William Eubank
Liam Hemsworth, Russell Crowe, Milo Ventimiglia, , Luke Hensworth, Chika Ikogwe
Siguiendo la línea trazada por Behind Enemy Lines (2001), tenemos esta cinta de acción bélica cortesía de William Eubank, el director de las desastrosas Underwater (ese horrible thriller submarino con Kristen Stewart) y Paranormal Activity: Next of Kin (que acabó con la franquicia). Durante una misión de extracción de rehenes que sale mal, un joven sargento experto en localización y comunicaciones apodado Playboy (Liam Hermsworth, el hermano de Thor) se topa con un grupo de despiadados terroristas que acaban con su tropa, incluyendo a su líder Sugar (Milo Ventimiglia) y al sargento Abell (Luke Hemsworth, el otro hermano de Thor). Es así que el soldado inexperto en zona de combate debe cumplir con su misión y escapar haciendo uso de la ayuda de Reaper (Russell Crowe pasando de ser héroe a mentor), un veterano militar ahora piloto de drones.
Reaper va a guiar al soldado Playboy a escapar de misiles, emboscadas, capturas y torturas, mientras dispara, salta, escala y corre a través del territorio enemigo. El prisionero de guerra que el sargento debe rescatar es un espía de la CIA que ha estado recopilando información sobre un peligroso traficante de armas ruso, aliado con uno de los grupos extremistas más violentos del sur de Asia. Por otro lado, tenemos a Reaper, un hombre malgeniado y obsesivo que está esperando un hijo de su cuarta esposa, el cual está por nacer a cualquier momento. Sus colegas y su superior, el coronel Virgil (Daniel MacPherson) son de una gran ineptitud y están más concentrados en un partido de baloncesto que en la misión de Playboy, un joven que al principio no sabía qué marca de cereal comer y que ahora se enfrenta a la vida y la muerte en un territorio altamente hostil. El único aliado de Reaper es la sargento Nia Branson (Chika Ikogwe), quien está próxima a contraer matrimonio.
De alguna manera, Eubank logra reponerse de sus desastres anteriores, para entregarnos una emocionante variación de Rambo con buenas escenas de acción que se balancean con todo el drama humano que se plantea. Sí, Rescate imposible es patriótica, trillada y exagerada, pero eso no significa que sean dos horas carentes de grandes dosis de testosterona y adrenalina.
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