Blink Twice (Parpadea dos veces) (2024)

Una actriz convertida en directora nos muestra cómo las películas más aterradoras se basan en la oscura realidad.  

Directora: Zöe Kravitz

Naomi Ackie, Channing Tatum, Adria Arjona, Christian Slater, Geena Davis

El debut como directora de la actriz Zoë Kravitz, la hija del famoso rockero, es una obra cinematográfica que deslumbra por su audacia, su subtexto perturbador y su impecable estilo visual. Esta película, que originalmente iba a llamarse Pussy Island, demuestra que Kravitz es una directora sin miedo a incomodar, y su propuesta aborda con una agudeza brutal las dinámicas de poder, la explotación y el abuso, temas que encuentran un eco inmediato en el Me Too.

Desde la primera escena, Kravitz establece el tono de lo que será un thriller que retuerce tanto las expectativas como las tripas del espectador. Slater King, interpretado por  Channing Tatum en uno de sus mejores papeles hasta la fecha, aparece en una entrevista televisiva disculpándose por una transgresión no especificada. Este gesto (un multimillonario blanco y poderoso pidiendo perdón en un formato de confesión pública) evoca inevitablemente los recientes casos de hombres poderosos caídos en desgracia por sus actos despreciables como Harvey Weinstein, Jeffrey Epstein y Sean Diddy Combs, lo que refuerza la relevancia de la película en el contexto contemporáneo.

Blink Twice es un electrizante viaje de suspenso y terror psicológico en el que la audiencia se va a sentir atrapada en una espiral descendente de incertidumbre y miedo al igual que las protagonistas femeninas. La actriz británica Naomi Ackie, quien interpretó a Whitney Houston en I Wanna Dance With Somebody, está magnífica en su papel de Frida, una mesera que es invitada a la isla privada de Slater, aportando humanidad y vulnerabilidad a su personaje, pero también un fuerte sentido de resiliencia (y algo de perversión) a su personaje. 

A medida que se desenvuelve la trama, la atmósfera va cargándose de un inquietante aire de misterio y erotismo, de una manera muy similar a como sucede en el cine de Nicolas Roeg (Don’t Look Now, Walkabout), donde los entornos paradisíacos e idílicos se van desmoronando para revelar un horror subyacente. Kravitz, al igual que Roeg, entiende el poder del paisaje visual y usa la isla y sus elementos (serpientes, gallinas, cuchillos, descorchadores, esculturas fálicas, flores, perfumes, vestidos blancos, uñas, vapeadores, fotos polaroid, frambuesas, carne servida en la mesa) de una manera casi psicoanalítica para reforzar los temores y las tensiones de sus personajes. 

El fotógrafo Adam Newport-Berra (Euphoria, The Bear) utiliza los espacios y los colores de manera experta, especialmente el amarillo tóxico que recorre la película, evocando peligro y deterioro moral. La combinación de imágenes deslumbrantes y la banda sonora inquietante de Chanda Dancy, que contrasta con piezas de música Disco como Young Hearts Run Free de Candi Staton, Jungle Fever de The Chakachas y Ain’t Nobody de Rufus y Chaka Khan, así como la música de James Brown perteneciente al cine de Blaxploitation  (The Boss y Really Really Really), refuerzan la atmósfera de paranoia que se construye lentamente, donde cada elemento estético contribuye a una creciente sensación de malestar.

La cinta de Kravitz también nos recuerda inevitablemente a Get Out! (2017) de Jordan Peele, ese clásico instantáneo en donde las dinámicas de poder entre razas y clases sociales se convierten en el verdadero motor del horror. En Blink Twice, el enfoque está en el género y en cómo los hombres en posiciones de poder utilizan su estatus para manipular, objetualizar, explotar, someter, violar y luego olvidar. El guion, escrito por E.T. Feigenbaum (quien trabajó previamente con Kravitz en la serie High Fidelity) destaca por sus diálogos cínicos y su capacidad para mantener una constante tensión entre los personajes. Feigenbaum y Kravitz no se conforman con contar una historia de abuso; en su lugar, construyen una narrativa que desentraña las complejidades de la relación entre género y poder en el mundo moderno.

El elenco es excepcional. Tatum demuestra una sorprendente versatilidad en su interpretación de Slater, un personaje que encarna tanto el carisma superficial de un multimillonario como su inquietante amenaza oculta. Naomi Ackie es una fuerza imparable en pantalla, mostrando una gran capacidad para transmitir la evolución emocional de su personaje mientras se sumerge en este universo hostil.

Alia Shawkat, en el papel de Jess, es otro punto fuerte del reparto, ofreciendo un contrapunto sarcástico que equilibra los momentos de creciente oscuridad, así como Adria Arjona (esa otra hija de un cantante famoso) quien, como Sarah, la estrella de un Reality Show de supervivencia, pasa de ser una chica celosa de las atenciones de Slater hacia Frida, para luego hacer uso de sus habilidades en un contexto mucho más peligroso que el de los programas de donde proviene. Las interacciones entre los personajes masculinos (que incluyen a unos viperinos Christian Slater, Haley Joel Osment, Kyle McLachlan, Levon Hawke y Simon Rex) con los femeninos (Liz Caribel, Trew Mullen, Genna Davis), especialmente en los momentos de calma antes de la tormenta, son un testimonio del cuidado con que Kravitz ha construido esta obra.

Kravitz demuestra un dominio notable del suspenso, manejando el ritmo de la película con una precisión quirúrgica que bien pudo ser aprendida de Steven Soderbergh, director con el que tanto ella como Tatum han colaborado. Y aunque la película toca temas profundamente incómodos, lo hace con una audacia que es rara de encontrar en un debut. Kravitz no teme arriesgarse y abordar las verdades difíciles sobre el poder, el control y el abuso masculino. 

Con Blink Twice, la talentosa actriz de Kimi y The Batman ha demostrado ser una cineasta para seguir de cerca, y su ópera prima nos deja con ganas de ver mucho más de ella como directora. Este thriller que no solo se inspira en autores como Roeg, Peele y Soderbergh (y por qué no decirlo, Hitchcock, De Palma y Ernest B. Schoedsack), sino que también toma influencias de la oscura realidad del presente, es tanto un espectáculo visual como un comentario estremecedor sobre las dinámicas de los hombres con poder y que lo ejercen de la peor manera.

Sobre André Didyme-Dôme 1780 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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