Donde tú quieras (2025)

Una superproducción colombiana que quiere parecer Hollywood, pero que termina perdida en el absurdo.

Director: William Barragán

Juan Alfonso Baptista, Andrés Castañeda, Juliana Galvis, Carlos Manuel Vesga

Con un presupuesto inusualmente alto para el cine colombiano (alrededor de dos millones de dólares) Donde tú quieras se lanza de lleno al terreno del cine de acción con un despliegue técnico innegable: Resolución 8K, decenas de autos de lujo, explosiones espectaculares y un diseño sonoro que grita “despilfarro” desde su primer minuto. Y, sin embargo, tras ese lustroso envoltorio digital, se esconde un producto vacío, incoherente y que parece desarrollarse en un multiverso paralelo a la realidad social, política y narrativa del país que dice retratar.

La historia sigue a Ramiro Guerrero (Juan Alfonso «El Gato» Baptista), un ingeniero exitoso atrapado en una maraña de traiciones orquestadas por sus amigos de infancia (todos ahora insertos en el poder político y económico) que pretenden destruir su reputación. El conflicto se enreda con la reaparición de Julia (Diana Hoyos), un amor del pasado con quien Ramiro intenta reconstruir su vida mientras es asediado por fuerzas oscuras ligadas al petróleo, a redes guerrilleras y a una conspiración de dimensiones casi caricaturescas.

El problema no es la ambición de la propuesta. El problema es que todo en Donde tú quieras se siente forzado, ridículo e improbable. La idea de guerrilleros que detonan bombas a plena luz del día sin preocuparse siquiera por cubrirse el rostro; la imagen de empresarios y senadores gritándose amenazas en actos públicos sin que nadie intervenga; o el supuesto dilema nacional en torno a un oleoducto como centro geopolítico de la narrativa, remiten más a una mala parodia de una telenovela otomana que a un relato colombiano con el más mínimo anclaje real.

La escritura del guion parece extraída de una antología de frases hechas y lugares comunes que los productores de Elif o Hicran no se habrían atrevido a reciclar. Ningún personaje habla con naturalidad. Todos recitan líneas como si estuvieran atrapados en una obra amateur que confunde intensidad con sobreactuación. La historia avanza a punta de giros argumentales tan ilógicos que el espectador se ve obligado a elegir entre reír o rendirse.

El ritmo narrativo es casi inexistente. La cinta oscila entre largas secuencias explicativas sin tensión y estallidos de acción gratuitos. Las escenas de sexo, en lugar de aportar matices o profundidad emocional, aparecen como añadidos sin contexto, replicando el modelo de productos espantosos como Medusa, donde el erotismo (con un tufillo homofóbico) no obedece a una lógica dramática sino a una necesidad vacía de espectáculo.

Ni el elenco, que incluye a nombres reconocidos como Carlos Manuel Vesga, logra salvar el proyecto. Las actuaciones están sepultadas bajo una dirección que prioriza el plano atractivo sobre el contenido, y unos diálogos tan artificiales que destruyen cualquier intento de verosimilitud. La relación entre los personajes (en especial la de Ramiro y Julia) carece de fuerza, química o evolución, lo que convierte a la supuesta trama central de redención y revancha en una farsa melodramática sin corazón.

La historia de los amigos de infancia que se vuelven rivales habría podido tener potencia como una miniserie, donde los vínculos y traiciones tuvieran tiempo de sedimentarse. Pero en esta película, comprimida en una hora y media que parece eterna y saturada de subtramas sin desarrollo, todo parece un resumen mal armado de un culebrón de medio día con pretensiones de gran cine.

Donde tú quieras no es solo una oportunidad perdida sino un ejemplo flagrante de cómo el presupuesto, la tecnología y los efectos no bastan cuando lo que se carece es de estructura, tono y propósito. Lo que debía ser una carta de presentación del cine de acción colombiano (ese honor va para Dominique) termina siendo una farsa que roza lo involuntariamente cómico. En su ambición por llegar lejos, la película se hunde en su propia vanidad. Toda una pérdida de tiempo y dinero.

Sobre André Didyme-Dôme 1901 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para las revistas ROLLING STONE Y THE HOLLYWOOD REPORTER EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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