Rebecca Lenkiewicz: Una pasión por las mujeres complejas

En esta entrevista, Rebecca Lenkiewicz explora la diferencia entre escribir para cine y teatro, su enfoque en los personajes femeninos y el proceso detrás de su debut como directora en Hot Milk.

Rebecca Lenkiewicz es una creadora apasionada tanto del cine como del teatro, y en esta entrevista, revela cómo su enfoque de los personajes y la dirección ha evolucionado. Su trabajo está marcado por una profunda exploración de las mujeres complejas, y su reciente incursión como directora con Hot Milk la ha llevado a un territorio narrativo y emocional completamente nuevo.

Rebecca, ¿dónde te sientes más a gusto? ¿En el cine o en el teatro? ¿Cuáles son las principales diferencias entre ambos para ti?

Como escritora, amo tanto el teatro como el cine. El ambiente de la escritura en el teatro es un poco más sencillo. Sabes, hay menos dinero y es trabajo duro, pero eres muy parte de una compañía. Eso es muy útil y hermoso. En la escritura para cine, a veces puede ser problemático porque estás sujeta a fuerzas que están fuera de tu control. Eso puede ser estresante a lo largo de los años. Pero me encanta escribir para la pantalla. No tengo preferencia por ninguno de los dos. Tengo pasión por ambos, pero cada uno tiene sus propios problemas. Pero lo que diría que amo del teatro es la inclusión. Estás en los ensayos, tienes interacción con los actores. Es un proceso muy colaborativo. En la escritura para cine, sabes, estás más solo con el material.

Has trabajado en historias convertidas en grandes películas como Ida, Disobedience, Emily y Colette. Todas comparten ciertos intereses narrativos consistentes. ¿Podrías hablar un poco sobre eso?

Yo defiendo la psique femenina y las mujeres que son complejas. Quiero escribir sobre mujeres que tengan capas de subtexto. Eso ha sido parte de mi historia, supongo, porque históricamente las mujeres se han retratado como la novia o la madre, roles bastante bidimensionales. Yo siempre quise equilibrar eso, ya que hay muchas historias masculinas que se cuentan por hombres. Sabes, siempre fue algo que quise cambiar. Las estadísticas en Gran Bretaña son bastante desalentadoras en cuanto a cuántas historias están protagonizadas por mujeres o cuántas hablan, ¿sabes? Eso siempre ha sido una consideración para mí.

Me intriga la conexión entre Colette, Emily y Hot Milk ¿es intencional?

Bueno, definitivamente hay paralelismos. Emma Mackey, la protagonista de Emily y Hot Milk es una actriz francesa, y fue como cerrar el círculo con estas mujeres francesas fuertes. Pero no se trata solo de eso. Estoy atraída por proyectos que hablan de mujeres fuertes, y en el camino te encuentras con actrices que también interpretan a esas mujeres. En este caso, sabía que con el elenco de Hot Milk debía contar con tres actores increíblemente fuertes, capaces de hacer frente al conflicto pero también a la fragilidad. Artistas ágiles y brillantes. Y pensé que Emma, al igual que Fiona Shaw y Vicky Krieps, son esas artistas.

Hot Milk es tu debut como directora. ¿Qué te llevó finalmente a dar ese salto y cómo comparas la experiencia con tus trabajos anteriores como guionista?

Durante años quise dirigir, pero siempre estuve muy ocupada con la escritura y también sospechaba que no tenía la autoconfianza adecuada para hacerlo. Pensaba que había grietas en mi personalidad que podrían romperse en el set. Pero cuanto más lo pensaba, me di cuenta de que la confianza tiene que estar en el trabajo y en la visión, no en uno mismo. Mientras puedas mantener a las personas abiertas y honestas, creo que puedes ser directora.

Considero que Hot Milk tiene una fuerte carga psicoanalítica. ¿Cuál es tu opinión sobre esa interpretación?

Es cierto, y eso proviene de la novela de Deborah Levy, quien está muy fascinada por el psicoanálisis. Las relaciones y los símbolos en la novela son muy fuertes, y yo tomé eso como un trampolín para explorar el trauma de diferentes maneras, en las relaciones y en el trauma generacional. Pensaba en cómo el trauma puede pasar por el cuerpo de una madre a su hija. Eso fue fascinante para mí.

El título Hot Milk me recuerda a algo que la psicoanalista Julia Kristeva escribió sobre la nata, la piel de la leche caliente y la repulsión que puede provocar al ser tragada. ¿Podrías hablarnos sobre el título y su conexión con esta historia?

Sí, el título es misterioso para la gente. En el libro hay algunas pistas más y se puede decir que Sofía es abogada en Londres, maneja leche caliente, y hablan sobre la Vía Láctea, pero yo creo que realmente se trata de la leche materna y la atracción y repulsión que la maternidad puede generar, tanto para el niño como para el padre.

La película explora temas de enfermedad, dependencia, deseo e identidad dentro de una relación madre-hija. ¿Cómo abordaste el tono emocional y la profundidad psicológica de los personajes?

Bueno, el libro tiene más misterio, y yo quería que los actores se sintieran muy aterrizados en lo que estaban haciendo. Entonces, hice mucha investigación junto con Fiona Shaw y nuestra productora, Christine Lang, y hablamos con un doctor, Chris Simeon, que es experto en enfermedades relacionadas con la psicología y trabaja con personas que tienen condiciones similares a las de Rose en la película. Hablamos con personas que habían padecido traumas psicológicos y no podían mover partes de su cuerpo o estaban paralizadas de por vida. Eso me fascina porque es muy real, pero es una zona gris en la medicina.

Fiona conoció a una brillante directora de movimiento, Vanessa Yuen, y trabajó con su cuerpo para saber dónde se almacenaba el trauma. Dentro del proceso, Emma y Fiona discutieron sobre este enfoque, y se conocieron en el set, sin ensayos previos. 

¿Cómo manejaste este proceso tan espontáneo y qué esperabas que sucediera entre ellas?

Bueno, sí, esa parte fue fascinante para mí. Fue un proceso de mucha confianza. Lo único que esperábamos era que estas personas pudieran conectar psicológicamente y que se generara una especie de electricidad y tensión entre ellas, lo cual, como sabes, realmente sucedió. No hubo ensayos previos; simplemente confiamos en que su química surgiría de forma natural, y lo hicieron.

Hay una tensión constante, aunque sutil, entre el realismo y la atmósfera onírica en la película. ¿Fue la ambigüedad intencional y qué esperabas evocar en el espectador?

Siempre me encanta cuando veo una película y algunas cosas son inciertas, sabes, y te preguntas: ¿Eso sucedió? ¿Lo vi? Así que quería expandir un poco la realidad, no de una manera surrealista, sino solo con algunas imágenes. Crecí con las películas experimentales  Luis Buñuel y Salvador Dalí, Maya Deren y Stan Brakhage. Fue hermoso pensar que estábamos explorando la psique de alguien, y obviamente la psique es bastante visual. Las pesadillas y los sueños de Sofía, incluso imágenes externas a ella, como el metraje de archivo de los peces, existen. Eso hace que no estemos siempre anclados en la realidad. Eso fue algo intencional y, aunque pensé en llevarlo más allá, realmente me gustó dejarlo justo allí.

¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Qué sigue para ti?

Estoy escribiendo una serie de televisión con Wash Westmoreland, quien dirigió Colette, y trata sobre algunos diputados homosexuales en Gran Bretaña en los años 30 que realmente cambiaron el curso de la historia de Gran Bretaña, pero fueron invisibilizados por la sociedad debido a su sexualidad. También estoy adaptando algunos proyectos de escritura y, el próximo año, quiero escribir una película original y luego buscar los fondos para dirigirla.

¿Vas a regresar al teatro?

Sí, acabo de escribir una obra para Ralph Fiennes. Él la protagonizará y tendrá una temporada en el teatro de Bath en el suroeste de Gran Bretaña. También estará dirigiendo una obra de Shakespeare y encargó una obra a David Hare, otra a mí. Así que esos tres trabajos se estarán llevando a cabo en octubre.

Gracias Rebecca, por compartir tu tiempo y tu visión.


Sobre André Didyme-Dôme 1960 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para las revistas ROLLING STONE Y THE HOLLYWOOD REPORTER EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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