Un científico intenta clonar a su familia e implantar sus recuerdos en los clones, en una cinta que deja a un lado cualquier tipo de verosimilitud.
Dirección: Jeffrey Nachmanoff
Keanu Reeves, Alice Eve, John Ortiz, Emily Alyn Lind, Thomas Middleditch
Antes del estreno de la tercera parte de la estupenda saga de acción John Wick, Keanu Reeves protagoniza una horrorosa cinta de ciencia ficción con toques de suspenso titulada Réplicas.
En un tremendo error de casting, Keanu interpreta aquí al Doctor Will Foster, un padre de familia, científico y empleado de una misteriosa compañía llamada Bionyne ubicada en Puerto Rico (que justifica la banda sonora de Reggaetón), quien trata de traspasar la información contenida en el cerebro de una persona muerta a un androide. Mientras intenta de manera fallida lograr el experimento, su esposa (Alice Eve) y sus tres hijos (Emily Alyn Lind, Emjay Anthony y Aria Lyric Lebau) fallecen en un trágico accidente automovilístico. Es así que, con ayuda de su amigo Ed, también empleado de Bionyne y experto en clonación (Thomas Middleditch), el Doctor Foster intenta crear réplicas de todos los miembros de su familia.
Si se piensa esta película con un actor como Nicolas Cage, la cosa podría haber funcionado (imaginen a Cage encarnando a este científico loco con sus típicos ojos de maniaco, vociferando y riendo a carcajadas con actitud desquiciada). En cambio, Keanu Reeves no es para nada creíble como científico y su caracterización seria, solemne y sobria del Doctor Foster, termina siendo patética y no ayuda en nada a una cinta que no posee ni un solo gramo de verosimilitud.
El guionista Chad St. John (autor de las también desastrosas Matar o morir y Londres bajo fuego), plaga la historia de lugares comunes y situaciones inverosímiles (El Doctor Foster guarda los cadáveres y los cuerpos clonados en el sótano de su casa e intenta borrar de la memoria de las réplicas a la hija menor sin que nadie se dé cuenta), y el director Jeffrey Nachmanoff (Traitor), no sabe si irse por los terrenos de Frankenstein o por los caminos de Yo, Robot. Lo anterior da como resultado una película caótica, torpe y sin el cuidado y la credibilidad necesaria para interesar a los fanáticos de la ciencia ficción. Ojalá que la última parte de John Wick nos haga olvidar este mal paso en la carrera de Keanu.